GO, RUN AND RUN......!!!!!!!!!!!!

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lunes, 25 de abril de 2011

QUIZÁS...



Toda persona llega a una encrucijada en su vida. Hay varios caminos, pero básicamente hay dos. Ser quien sos o ser quien querés que los demás vean.
A ambas posturas las elige uno.
Por los autoparlantes del JFK, llamaron que mi vuelo a Orange, California, estaba demorado por los fuertes vientos.
"Nadie me espera en ninguna parte", pensé. "Qué importa..."
Yo elegí ser yo. Yo, en busca de mí.
Aunque no estaba seguro de quien era, realmente.
Elegí ser eso, ese boceto con algún aspecto, con algún color, con aciertos, errores, dolores, amores. ¨
Para saber quien sos, tenés que verte. Tenés que desnudarte. Y eso es exactamente el motivo de alejarme de todo. De todos.
De encontrar una identidad, quizás volviere a NY. 
Eso era una ruleta, una sola bola y una sola apuesta. La encrucijada, no?. 

Gustavo Bonino

miércoles, 20 de abril de 2011

CALIFORNICATION, GO WEST!



Lo dejé a Luca con Al. Se lo llevé al negocio. Esta vez no me costó soltar. El amor era el mismo, pero las necesidades, no. Necesitaba estar solo. “Más solo?”, me pregunto Al. Se rió, broma  usual en él. El chiste americano. “Rápido y fácil.”

Lo lindo del viaje la deriva misma en la que uno se sumerge, sin mapitas para sonsos, desplegables e incómodos de leer. Qué importa cómo llegar al inicio del Puente de Brooklyn. En la calle hay gente lugareña, que oficia de mapa. Una simple pregunta y listo. Y no andar con esos orientadores de papel que cuando los desplegás, ocupas medio vagón del Metro. O de la vereda. Pero la gente necesita correr, conocerlo todo. Será por eso que tal vez se inventó el GPS. Vaya ironía, que un aparatito le enseñe al hombre, lo que el hombre hizo (incluyo al nefasto GPS). Y nunca falta el tarado que te lo refuta y se sabe hasta las siglas de esas tres letras. Me da náuseas.
Levantarte un día y decidir si para aquel lugar porque es bohemio o hippie o a aquel otro porque hay sol, playa y podes patinar por carriles señalizados. Creo que el que inventó el GPS subestimó, destrozó el instinto del hombre, desde tiempos inmemoriales, en donde los hombres, por ejemplo poblaron América, cruzando el estrecho de Bering. Solo por hambre, para seguir a las manadas de animales que lo cruzaron. Cuando todavía era hielo y los continentes no se habían separado. Pero este tema a nadie le importa y es mejor colocar un aparato con una voz femenina y sexy que diga "RECALCULANDO".
Solo recordar la RUTA DE LA SEDA. Gente que se iba desde Francia hasta la antigua Cathay (hoy China)  para buscar gusanos de seda. Hoy lo disfrutan los grandes modistos, los que tienen GPS. Pero aquella gente cruzaba parte de la Siberia, para no ser confiscados por los que tenían el poder de los puertos del Mediterráneo. Cuantos murieron? Cuantos habrán muerto en esas heroicas travesías y nosotros nos jactamos del cruce de la cordillera de los Andes, todos los años, haciendo actos tarados y una profesora de piano con peluca que conduce un coro de futuros compradores de GPS, cuyos padres aplauden emocionados y, a la salida del acto, acomodan el GPS y se vuelven a casa inflando el pecho de la alegría. 
"Lo tengo todo controlado", pensará en su alegría. Pobre.  

Lo difícil del viaje, es no saber por donde empezar. Porque por más que vayas sin timón, para algún lado hay que rumbear. Una zona geográfica. Luego es como el cuento de Borges “El camino de los senderos que se bifurcan”. Y ahí ya estás en el viaje. Ya no sé necesita más nada, solo piernas fuertes y algo de cuidado.
California, voy a vos. En el aeropuerto veré hacia que ciudad volar. Por un rato, por un tiempo o para siempre.
Dejé el apartamento de NY, no hablé con el dueño, no soporto a la gente que te inventa problemas para sacarte dinero. 
Giré dos veces la cerradura y me fui. Es la única forma de irse. Tanta pompa y mariconeos lo convierten en un Redoxón en un vaso con agua. Le dejé una nota en el piso al dueño y las llaves a Al.  
Taxi, cruzar el Manhattan Bridge hacia el JFK.
Gina, cuántas veces lo cruzamos juntos? Cuántas, separados?.
Por qué si no estás en mi mente, si ya te maté, como es que no estás muerta? Y mirá que mi mente falla en muchas cosas, no como la de un Jurado de Notables,  que deben llevar debida cuenta de las acciones de la persona A o X.
Pero las dos balas de Remington que gatillé a tu pecho y ahí, cuando caíste muerta en alguno de mis lóbulos, el de la memoria seguramente, no cabe duda alguna que tuviste que haber muerto. No fallé, hasta tuve el reparo de descorrer las lagrimas de sangre y sal que me quemaban la cara y la vista, para no fallar en el disparo.
TIME WILL TELL, my ass!!!.
TIME WILL NEVER TELL ME ANYTHING. El tiempo no habla, el tiempo acomoda. Y, Gina, vas a desaparecer de alguno de mis lóbulos, en el que  estés, no importa,  y voy a vivir sin tanto pasado, pisado, pesado y posado, sobre todo eso. Voy a dejar las poses y voy a ser yo. Y la culpa no es tuya. La culpa es toda mía. Yo me dejé llevar por ese río plateado de pasarelas y trivialidades  y shoppings y departamentos a estrenar con piscinas. Yo fui trivial. Lo fui. Siempre me di ínfulas de tipo bien. Y ya basta con todo eso. Estoy demasiado cansado, demasiado ciego y demasiado grande para seguir jugando al nene genial. No me queda ese traje. El primer descreído soy yo.

De pronto me encontré hablando solo, como si Gina estuviera a mi lado o, mejor dicho, en frente.  Sabiamente ambos supimos que jamás iba a funcionar.

Me quedé dormido en el taxi mientras llegaba al JFK. El taxista me ayudó con las valijas… Le hubiera pagado el doble si me hubiera dado las respuestas que allá, en NY, a las cinco de la mañana, en ese invierno helado, estaba yendo a buscar.

Gustavo Bonino

martes, 12 de abril de 2011

BARAJAR DE CERO, CALIFORNIA



"Ir a Buenos Aires" es la frase que a cada rato se me cruza. "Ir a Buenos Aires".
No estoy seguro si el verbo de dicha frase es "ir" o "volver". No lo sé.
Volver irme, pero de NY.
Pienso en todas las opciones. En todas. "Matarme",  incluída. Es más fácil matarte que asumir los costos de la realidad adversa.
Descarto el hecho de matarme. Entonces? Buenos Aires? Dejamos todo a medias como siempre?. Sí, sí, se puede escribir a distancia, el mundo globalizado. No. Para escribir sobre un lugar hay que sentirlo.
Por ejemplo: Cómo puedo escribir sobre "take a carriage ride, en Central Park?" Toda la prensa que se hace en contra de ellos. Los pobres mateos o carruajes, tirados por caballos bellísimos... Cómo puedo saber yo como sigue esta tonta y singular rencilla?. Borges decía siempre una frase maravillosa "Me gusta sentir los países". El turista es un mero recurso económico.
Doy vuelvas en el living, mientras me sirvo una medida de Vodka sabor a multifrutas.
- Qué haría un tipo pensante en un momento así?, me grito a mi mismo.
La respuesta estaba tan cerca que no la ví. Irme, pero dentro de los Estados Unidos. Lo llamo a Al.
- Es mucha plata, me responde Al.
- Es que necesito moverme o voy a enloquecer, Al.
- Qué vas a hacer en California? Ganarte una chica tras otra... Para eso voy y lo hago yo.
- (CASI SUPLICANDO) Al...
- (RESIGNADO). Está bien. OK, te presto ese dinero. Pero te venís con un libro escrito o me devolvés el doble!. Creo que Al no se animó a decirme que quería venir conmigo. De todas maneras, este es mi viaje.

California, tal vez L.A., Tal vez Vegas, tal vez Orange. No lo sé. Pero debo moverme. Ya siento a los gusanos empalagosos por comer de mi carne.
Debo dejarme ir. Debo perderme. A veces pienso que perderme es mucho más productivo que encontrarme. Encontrarme dónde?
Luca se queda con Al. Se aman.
Y yo voy en busca de lo que no se que busco. Pero de esa inercia algo bueno tiene que salir.
Buenos Aires quedó descartado. El aire está muy viciado por allí. Mucha gente a la cual le han extirpado la memoria. Sería ir a confrontar cosas que se confrontan solas y como un Uvasal, se desintegran sin que uno tenga que revolver. Revolver, mover la mugre. Esa mugre que surgió de muchas cañerías, no solo de la mía. No por ahora.
El tiempo lo dirá?, no lo creo. No esta vez.  Esto tendrá su tiempo justo. El tiempo que yo le marque al tiempo, y no el caprichoso tiempo al cual no tengo ganas de seguir ni de esperar. Tomar el toro por las astas.
Algo se tiene que romper en millones de pedazos, como el caracol que terminal siendo arena blanca. Dejar la forma rígida para tomar la tibia suavidad.
Agarrar el maso de naipes (mi abuela los llamaba barajas), barajar (en honor a ella) y empezar de cero.

Gustavo Bonino

jueves, 7 de abril de 2011

NIÑO...



Cuando se te cae un libro, da por seguro que se te caen todos.
Pasaron dos semanas desde que Al me invitó a almorzar. Me sacó al sol.
Debía tomar una decisión. El dinero empezaba a escasear y Manhattan no es tan cara como Buenos Aires, pero es cara. Mientras pensaba esto escuchaba que cantaban un "feliz cumpleaños"  en algún otro piso. Me llamó la atención, salvo Kiara, la hija de Ama, no kids at all. Pero Ama estaba de viaje. Ni idea.
Estuve toda la semana llamando al editor para que me publique -please sir!- la novela. Pero no. Estaba en el budget del año que viene, con suerte. No fuera cosa de que alguna novela le gustase más que la mía. Y mi novela se publicaría en el año 3000.
Al estaba a la espera de una respuesta de un amigo suyo. Existía la posibilidad de empezar a trabajar en bienes raíces. Dos palabras que lo dicen todo "bienes con raíces. Raíces en la tierra". De no estar tan desesperado jamás se me hubiera ocurrido pensar en esto. Hay tantas cosas que decimos sin siquiera pensar...
Somos autómatas. Todo lo hacemos por actos mecánicos. Y yo iba derecho al negocio de "bienes raíces o Real State", como una vaca al matadero. La misma cosa, el mismo aburrimiento. La misma muerte. Ya me imaginaba sacando una tarjetita con mi  nombre y cargo exagerado, que patético. No sé ni en donde está el interruptor de luz de este apartamento, cómo iba a vender uno que ni conozco!.
- Me vuelvo a Buenos Aires, me dije.
- A hacer qué?,  me respondí.
- A ver a mi hijo, retruqué a mi otro yo.
- A tirar tu sueño por la borda, tarado. Eso no lo dije yo,  la voz venía de la puerta.  Yo estaba tirado en el sillón dialogando conmigo en vos alta, como los locos. Como los locos como yo. Era "super Al" una vez más, que tiene llaves de mi apartamento y entró para ver como estaba, ya que al celular lo tiré a la basura y al teléfono fijo no lo atendía.
- Al, pasá, hay vodka con sabor a mango en el freezer. Servite y servime.
- No. Tengo que volver al negocio,  me dijo con cierto tono de bronca.
- Enojado...
- Sí, me replicó, en un tono seco.  Te estuvieron llamando por el trabajo que te conseguí y no atendiste una sola llamada. Sabés lo que les rogué para que me dieran el sí? Son clientes míos. Empeñé mi palabra por vos.  
- (EXCUSÁNDOME)  Perdón...
- Perdón, un carajo!. Que te pasa! Tenés un talento enorme,  alguien te va a ver.
- (ME LE REI EN LA CARA) Sí? Quién? Cliff? o algún idiota como ese?, le respondí.
- Y por qué no? Tenés una novela publicada y otra en camino, empezá con la tercera. Pensá... Recreá tu mente.
- OK, a ver... (IRÓNICO) Ya lo tengo!!
- Qué?, preguntó Al, con inocencia....
- Voy a escribir la historia de una hada madrina que viene todos los meses y me paga la renta y la comida y...
- Basta!, me gritó Al. Hacete hombre! Si sos tan escritor, trabajá y escribí y dejá de andar haciéndote la víctima. Nadie te hizo nada. Cliff y su nombre estúpido, tenía razón, cada vez escribías menos y con menos intensidad.
- Sí? Y eso a quien le consta?, le respondí.
- A mí, me dijo. Y lo repitió. "A mí". Tu fan número uno y tu mejor amigo. Si yo supiera que no servís no estaría aquí. Tenés talento. Sabés como esperaba cada día tus historias, era lo único que me sacaba la mente del negocio. Deja los fantasmas del pasado. Ocupate de vos!.
Me quedé en blanco. Al era mucho más sensible de lo que siempre había pensado. No era un amigo, era un hermano. Y le creí, porque yo sabía que estaba en lo cierto, que tengo talento. Y que no tengo idea para donde llevarlo.
Se sentó en el sillón y me abrazó.
Fue entonces cuando empecé a llorar como un niño. Ese niño que de niño nunca lloró.

Gustavo Bonino


miércoles, 6 de abril de 2011

CERCA DEL CERCO



Luego de que Cliff, vaya nombre de imbécil, me despidiera, debía tomar una decisión. En cierta forma el "imbécil" no era tan imbécil. Yo estaba, como se suele decir, con la pólvora mojada y mi forma de escribir es exactamente igual a un vómito. Sale todo junto, caprichosamente y no hay forma de pararlo.
Luego de dos días de encierro, celular apagado y cable del teléfono arrancado, decidí salir. Era el mediodía y de pronto me dieron ganas de vivir.
Luca, pobre, hizo sus necesidades en el diario durante esos dos días y mi única tarea era atenderlo, para no morir del asco. Como pude, solucioné el tema "cable del teléfono arrancado de bronca". Lo logré. Ironías de la vida. De pronto supe de telefonía pero no me salía una palabra.
Pensé en llamar a Ama, pero recordé que se fue con su jefe a California a la convención de no se que cuernos. Acá todo el mundo hace convenciones. Hay tanto dinero, que se consume cualquier pavada y con éxito. Para eso arman convenciones. Todo el tiempo convenciones. Para venderte desde un percha multifunción hasta un lugar de vacacciones de por vida.  
Pensé en llamar a Gina, but, it´s to late to say "I´m sorry". No. Error. Pasado.
Y Linda?, también lo pensé, pero lo único que iba a ganar era que se me instalara de por vida.
Sonó el teléfono. Miré la llamada. Era Al. Atendí.
- (GRITANDO) En donde estabas? Te dejé cien mensajes.
- No será mucho?
- Te dejé dos mensajes pero largos...
- Estuve siempre acá, en casa. Me despidieron del blog.
- Te paso a buscar ahora, me dijo Al, siempre firme y fiel.
- Dale, necesito ver el sol.
Me invitó a Del Frisco´s, en la 6ta Avenida con la calle 49. Famoso por su Double Eagle Steak House. Además tienen vinos argentinos. Nos tomamos dos botellas.
Le expliqué bien a Al lo que me estaba sucediendo. Y él siempre con su cigarro en la boca me escupió su humo y su verdad.
- Si te volvés, vas a ir corriendo a buscar a Gina. Si te quedás, yo te consigo algo. Estás en la lucha. No todo está perdido acá.
- Sí, pero me están cagando a palos.
- Exacto!!, me gritó. Te están cagando a palos. Qué creías que Manhattan era el sueño dorado en donde vuelan duendes?.
No, respondí. Al continuó con su regaño. 
- Tenés dos novelas y la gente del blog que se vaya al carajo. Vos sabés que podés pelearla, no seas maricón!
Me agarró de los cachetes. Me dió una palmada en una mejilla.
- Despertá. Qué querés hacer? Irte o quedarte?
Pregunta sin respuesta. Solo atiné a levantar la mirada mientras mis lágrimas  caían sobre un pedazo de carne cara.
Al suspiró, en claro gesto de resignación.
Pidió la tercera botella de vino para llevar y la cuenta.

Gustavo Bonino

lunes, 4 de abril de 2011

ATRAPADO Y CON SALIDA



Esta mañana el dueño del blog con el cual pago mi renta y sobrevivo, me despidió. Un tal Cliff. 
- No estás rindiendo, me dijo con su irritable cigarrillo fumado en boquilla. Y sus finos bigotitos. Detesto su imagen.
- Perdón?, respondí azorado.
- Ya cada vez entra menos gente al blog y los sponsors se nos van. Además ellos me pidieron, con todo respeto, que debíamos cambiarte.
- OK.
- Estás molesto?, me replicó.
- Desconcertado, respondí.
- Qué es lo qué te pasa?
- Estoy en mi mayor momento creativo. La novela ya está escrita. Tengo trabajo adelantado.
- Entonces?
- Entonces no entiendo tu postura... Yo no sé de sponsors. Yo sé lo que hago y porqué y cuando lo hago. Lo que escribo y lo que soy son la misma entidad. Pero no espero que entiendas esto.
- Te entiendo, pero..., dijo y lo corté de forma tajante.
- No, no entendés nada. Escribir no es tipear. Escribir es pensar.
- Gente como vos hay montones, me respondió en un tono de tipo superado.
- Chau Cliff. No perdamos más tiempo. Sos tan mediocre como tu nombre. 
Me levanté de la silla y me volví caminando hacia casa. Necesitaba tomar aire, pensar. O no pensar. Pero el cuchillo ya estaba en mi espalda. Debía decidir. Dejar de sangrar o desangrarme. No tenía la capacidad de discernir entre ambas posibilidades. En ese momento eran dos desventajas.  
Otra vez se venía la mala. Ahora solo viviría de la venta de la primera novela, publicada en libro. Pero en NY, salvo que escribas un Best Seller o alguna taradez semejante, no sos nadie hasta que llegues al quinto libro y la gente empiece a fijarse en vos. La segunda novela estaba en pañales y la editorial me la demoró hasta el año que viene. Otra vez a empezar de cero. 
Al llegar a casa me agarró una repentina alegría inmensa de no trabajar más para ese tarado. Luego, fue un ataque de angustia grande como una casa. 
Encendí un cigarrillo y me serví un whisky. Debía tomar una decisión.  Quedarme y pelearla, arriesgando el poco capital que me quedaba o ponerme a trabajar en un bar o algo por el estilo- O volver a Buenos Aires. Volver a las tierras de Gina y su nuevo capricho llamado James. Ricardito ya era parte del pasado al igual que yo. Bah!, a esa altura yo ya estaba más que enterrado.
Lo cual, pensándolo bien, era lo mejor.
Volvería a ver a mi hijo, lo cual me alentó. Volvería a empezar de cero.
El teléfono no paraba de sonar. No atendí. Podría ser Cliff con algunas de sus frases taradas de libritos para gente exitosa (las conoce a todas. De memoria, tal cual es un tipo de talla. Todo de memoria).  
Arranqué el cable del teléfono. Puse a Aimee Man en el I Pod.
Me acosté bajo el frazada y mandé a Dios a la puta madre que lo parió.
Aimee logró lo que Dios no pudo. Detener mi mente.

Gustavo Bonino