GO, RUN AND RUN......!!!!!!!!!!!!

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martes, 28 de septiembre de 2010

TIRAME UN CABLE A TIERRA, GINA!!




Hoy es uno de esos días en los que tranquilamente me suicidaría. En realidad estoy tan aferrado a la vida como a la muerte. Me maravilla vivir y ver a Mati crecer (aun que estemos tan lejos ahora), a Luca mirarme sabiendo que, en su condición de perro, me entiende. Gina y olor de su piel, siempre tan pura y tan vil. Ángel y demonio. Sus cartas fuertes. Ama, Amalia Cedilla y la complejidad de su cerebro, lo que odio de ella, es lo que más amo.

Pero sí, a pesar de ellos, de mis amigos, de Al, a pesar de todo me suicidaría tranquilamente. Y lo estoy pensando papel y lápiz en mano. Haciendo la lista de la forma más agradable de morir. Porque quiero disfrutar, quiero irme como por un túnel “ALL THAT JAZZ DIXIT”.

Tengo tanto por qué vivir, pero unas ganas de matarme se apoderan de mí. No sé por qué. No sé por qué. No sé por qué, repito llorando porque la cerveza ya me pegó y potencia mi tristeza.

Listado de motivos.

Soy infeliz, mi forma de ganarme la vida dista de lo que realmente quiero, pero lo que es peor, dista de lo que realmente soy.

Quiero estar en pareja, pero quiero estar solo. Y no me banco ninguna de las dos cosas.

No tengo a donde ir. No soy de NY ni soy de Buenos Aires.

Estoy completamente deprimido.

Mis obras, las que moran en mi mente, jamás saldrán a la luz, aunque yo – mentirosamente – me diga que sí.

Etc

Etc

Etc

Es el final

Quiero llamar a Al, pero él está peor que yo. Quiero despertar a Ama que duerme abrazada a Kiara, quiero llamar a Gina y abrazarla. Y –debo admitir- la vida sorprende. Suena el teléfono. Es Gina.

- Hola, dijo suavemente.

- Hola dije y ella notó mi estado.

- Te espero en la esquina de tu casa en diez minutos.

- Sí, respondí y corté.

Bajé. Era Gina. Puntual. Imposible que falle. A diez metros sentí como el imán hecho de tiempo nos atraía.

Nos matamos en un abrazo. El olor de su piel me pone mal. Me hace llorar de ternura. Otra vez zafaba de la muerte. Mirarla era entender todo, era ir directo a cualquier colchón a escondernos de la torpeza de este mundo espantoso.

Ambos sabíamos que teníamos la fórmula química para salvarnos.

Gustavo Bonino

viernes, 24 de septiembre de 2010

PIER 45



"Estoy borracho, tomé Alplax y fume marihuana". Eso es lo que me dijo Al. "Estoy volando, estoy volando"

Al estaba con mal de amores. Ama y yo nos quedamos mirándolo. Gina estaba en un hotel que contrató desde Buenos Aires. Y yo con un nudo marinero en la garganta....

Al, como de costumbre, se enamoró de una puta que se enganchó en el PIER 45, en el Hudson River Park. solo Al puede llegar a encontrar una puta ahí.

Ese día, con Gina en un hotel y Ama con cara de culo, yo me quedé con Al toda la noche. Toda la noche pensando  en como resolver el crucigrama más difícil en cuarenta y un años.

Gustavo Bonino

jueves, 23 de septiembre de 2010

GINA´S BACK OR JUST COME?



"Llego en el vuelo 944, a las 16 PM, bueno que pelotuda, las 4 de la tarde. Me podrás ir a buscar : ) DALEEEEEEEEEEEEEE"

De golpe y porrazo volvía Gina. En realidad no volvía, simplemente venía. Que de simple no tenía nada. Ama, estaba parando con Kiara en Casa. Pero ese no era el problema sino la excusa para desviar a mi corazón. Gina tenía novio y estaba "bárbara" con Ricardito. Eran pan y manteca, Batman y Robin, pan y manteca. Y yo era, me sentía una botella de vinagre. Me revolvía el alma, las tripas, que Gina viniera. En carácter de qué?. Ricardito era parte del equipaje?. Si venía, en donde encajaba Ricardito y su estúpido nombre?. O, tal vez, la pregunta más acertada era: En donde encajaba yo entre ellos?.
No me animé a responder más que: "Genial, no te preocupes, yo te busco".
Eso era al día siguiente. Ella no respondió. No aclaró nada.  Esperaba una contraseña tipo "estás con alguien?"
Esa noche no dormí. hice tantas conjeturas que a las tres de la mañana, me levanté, prendí el I POD y puse Wise up de Amie Mann (ese tema me lleva directo a ella). Y me puse a anotar las infinitas combinaciones que podrían llegar a sucederse con la llegada de Gina. Ricardio, Ama, Gina, yo. Ni hablar de Kiara y de Luca. Explicar estúpidamente -frente a la cara-de-culo de Ama- que Kiara no es hija mía. Fui y vine por el extenso pasillo de posibilidades. Ama dormía. Y ese era el otro cabo de la soga que me ahorcaba. Explicarle a Ama. Valía la pena? Tal vez Gina venía sin su Ricardo y se hospedaba en un hotel. Tal vez Ricardo tiene casa en NY o lugar en donde parar. Eso era bastante probable, conociendo a Gina. Siempre al lado de un hombre sustentable. Eso me relajó un poco. Me clavé un alplax, una medida de whiskyy y a dormir.
"Me compré tu libro acá en Buenos Aires, estás más pelado en la foto, pero más lindo", versaba uno de los párrafos del mail. Lo cual era una caricia con la fuerza de un cachetazo. Mi libro en Buenos Aires?. Ya todo me superaba. Enloquecí de solo pensar como lo habrán editado. Por qué clase de filtro habrá pasado esa edición, seguramente maltratada por un Colombiano con todas las materias aprovadas en alguna universidad, destrozando a mi libro, que es solo un vómito lógico  después de tanto amague. Una desprolijidad con onda, algo original, nada más. Carente de todo talento y manoseado por un extranjero para su venta en la Argentina.
Llegué al aeropuerto hecho un trapo, aunque me vestí bien y me puse perfume. Pero los anteojos no me los sacaba ni en pedo.
Llegué tarde, como siempre. fui a una pantalla indicadora y vi que el vuelo estaba arribado. Corrí hasta el gate por donde salía Gina o Gina y Ricardito. Busqué desesperado su silueta, luego me concentré en parejas. Traté de mandarle un sms. Pero no hizo falta, estaba a metros de mí. Esperando. Mirando su celular. Reí.
Le escribí "estoy tan cerca, que vas a verme antes que a este mensaje". Lo leyo, a la distancia su risa era más hermosa aún. Sin Ricardito, thanks god!.
Giró la vista, ahí estaba yo empezando a llorar como un chico. Ahí estaba ella que vino hacia mí corriendo y solo atinó a besarme los labios.

Gustavo Bonino

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DOMINGO EN EL SOHO



Los domingos de verano en el Soho no son los martesde verano en el Soho. Los domingos brota la gente del metro, de brooklyn, de Queens, de todos lados. Y el Soho, que ya no es más bohemio, sino una mini Quinta Av. pero con locales más modernos. El Soho de alguna manera me duele. Me recuerda a Gina y Ama lo sabe. Gina tan lejana siempre y tan presente acá, en este lugar en donde murió de amor por unos aretes de tres dólares o cuando se estrenó el local de Victoria´s Secret y se quedó toda una tarde comprando enloquecida por todo lo que significaba para ella estar en el estreno de la casa de ropa interior más "cool",  el sueño de la niña que soñó mucho y todo aquello de contarle a las amigas y las fotos y la cartera imitación Vuitton, todo ese mundo llamado Gina, tan trivial y tan genuino. Como de Cenicienta llena de bolsas de marca y una sonrisa imborrable en su hermosa cara.   

En cambio Ama amaba el Soho, no este. El Soho que conoció cuando llegó a NY y expuso un par de veces. Ahora el arte es una moda y vivir en el Soho te da status, no calidad artística. Andy y sus sueños. Eso ya pasó. Queda algún hueco en donde refugiarse. Pero el Soho los domingos tiene algo de salvación contra el Domingo, siempre tan deprimente.
Justamente ahí en el Soho estábamos Ama, Kiara, Luca y yo. Ama comprando excentricidades que luego se convierten en verdaderos adornos. Esa mirada especial. Como si viviera en dos dimensiones. Y ahora eran ella y Kiara. Demasiado, en el más amplio sentido de este adjetivo de cantidad.

ADN. La última vez que me comprometí con esa sigla fue con la profesora Confortí. "La de biología". ACIDO DESOXIRIBONUCLEICO. O algo por el estilo. Ahora esa sigla era una espada que con su filosa punta me acorralaba contra la pared. Ese sobre con el resultado a ver si yo era el padre de Kiara o no. Abrirlo. Debatirme en el cariño por la nena, la falsa fantasía de un imposible. La realidad de lo posible. Mi vida a pique o no... Abrir el sobre en un pasillo de azulejos verde agua y saber que Kiara no era mía. "Será solo mía" me dijo Ama, haciendo un bollo el resultado. "Padre y Madre", dijo y se mordió el labio inferior y se tragó los mocos con un gesto que sabía a reto al destino.

Ahí estábamos, ese domingo en el Soho. Kiara riendo porque Luca le chupaba los deditos para mimarla y yo, manos en los bolsillos abrazado por Ama, que con una mano llevaba a su hija y con la otra se aferraba a mi flaca cintura.
"Dean and Deluca" gritó al ver el negocio de exquisiteces más variado de NY. "Esta noche cocino yo".

Miré el cielo, una ráfaga de viento hizo que mi gorra se volara... La levanté, me incorporé, claro. Vé mi libro en una vidriera. Por un momento sentí que la vida tenía sentido. El sentido que yo estaba necesitando a cuatro manos desde los tiempos en donde prefiero ya no recordar...

Gustavo Bonino

jueves, 16 de septiembre de 2010

TARDE




Ya sé que es tarde. Ya sé que siempre para mí es muy tarde. que nunca llego... Que siempre estoy a punto y se me va la oportunidad de conocerte... A vos papá, a vos padrastro, a vos tía, a vos abuela -que no te despedí-, a vos tía Charo, que te pago con indiferencia el amor infinito que me tuviste (y nadie supo entender tu valentía, salvo cuando te lloremos, porque la muerte es la raya de la cuenta en el cuaderno, ahí se sabe el número. El número imposible del amor que te tenemos todos, a vos, tan valiente, tan quijote). A vos Nona, que tanto amor me diste… Y no logré vencer mi cobardía de ir a sostener una de las sortijas de tu ataúd. No pude.

Y siempre es tarde, para decirle a Mati que lo amo, a Coco un GRACIAS!, a Inga un te quiero o un ramo de flores...

Siempre es tarde, para la novela, la obra de teatro, el unitario, el libro de poemas. O la paciente guitarra.

Tarde para ser profesional, tarde para ser bohemio, tarde para estudiar Letras y dejar de mentirme. Tarde para los amigos, siempre relegados. Tarde para la familia, siempre olvidada.

Ya sé que es tarde. Que me perdí varios últimos abrazos de personas a las quise y quiero. También a las que odié.

Siempre es tarde, hasta para jugar -al menos un cachito- a rebobinar y darme cuenta de que es temprano.



Gustavo Bonino


domingo, 12 de septiembre de 2010

NY - WELCOME KIARA




La cara de un psicópata se me acerca. Estoy atado a una mesa metática, de esas que tienen en la morgue Judicial de Capital Federal, a donde fui a reconocer el cadaver de mi tía Celia. Se acerca tanto que le siento un aliento ácido, como a manzana verde o  a ensalada waldorf. Mis muñecas están hacia arriba, muy aferradas a la cama. contra mis muslos. En una mano tiene una hojilla de afeitar. Recordé una imágen de mi abuelo y su cara vieja, su piel de lija blanca. Esa imágen de la antesala de la muerte parada a mi lado: la decadencia. Desenroscaba la tapa porta hojillas de su màquina de afeitar. La misma con la que me afeito. Una de esas herencias de la que no podemos desprendernos. El placer del preparativo de la afeitada, con brocha y crema. El psicópata acercó la hojilla a una de mis muñecas.
- Al fin llegó, estarás pensando, relamiéndote, me dice dándo una carcajada maníaca. No respondí. No sabía qué... Prosiguió.
- Qué, no vas a decir nada? Ni siquiera un "gracias"?
- Quiero irme de acá, le respondí. Sudaba. Estaba empapado en terror.
Me gritó con energía brutal y un mechón se le vino a la cara y con la mirada de un solo ojo, pesado de odio, me respondió "No me hagas perder el tiempo, hijo"
- Tiempo es lo que te sobra! Rajá de acá!.
Asintió a mi comentario. Se alejó y volvió recardado de una furia controlada. La peor faceta de la furia. "Me llamás a cada cinco minutos y ahora que me tenés a tu servicio, escucho un "rajá de acá"? Sabés cuantos me reclaman en este momento?". Hizo el ademán, llevándose la mano a su oído, de estár escuchando a alguien, a muchos. "Cientos de miles y cuando te doy la oportunidad dorada, me pedís que me vaja?" Soltó una carjada corta. Como la tos seca de una persona vieja.  
- Quien sos?
- Quien sos? Me imitó burlonamente. Con su mano desocupada, se descorrió el pelo de la cara y puso su mano en el mentón y con toda calma respondió "Sos pelotudo o te hacés? y luego de su boca empezaron a salir frases mías, las cuales recitaba con el mismo tono de burla. "Cómo puedo matarme?", "Y si me empastillo y abro el gas?".  "Y si me pego un tiro?, pero en donde? que cagazo apretar el gatillo y sentir por un instante como todo se va, mientras por primera y única vez siento un ardor en la sien". "me tiro ahora, me tiro ahora delante de todo el andén, no doy más". Nos quedamos en silencio. De pronto se incorporó, tomando firmemente la iniciativa. Levantó la mano en la que tenía la hoja de afeitar, miró una de mis muñecas, se relamió asquerosamente y me tajeó....

Salto del banco de la plaza. Abro los ojos, una cara a cinco centímetros de la mía me está mirando y la miro, me quedo duro. No entiendo nada. Luego caigo en que todo fue un sueño. Esos cinco segundos en los que el tiempo tiene el mágico poder de meterte en al vigilia y el sueño al mismo tiempo. Ese despertar que bien podría ser el sueño eterno. Pero despeterté.  Reconozco la cara. Ama.
Trato de zafarme de ella pero me tiene agarrado de las muñecas.

- Ama... Digo con un hilo de voz. Ella sonríe. Está bronceada, el pelo más largo, y negro que antes.
- Leí tu libro. Me responde como si nada. Cuando yo espero que me diga si abortó, si tuvo al bebé, si es mío. Si era, si hubiera sido. Pero toda ella me desconcierta.
- Lo tuviste?
Ella señala un cochecito a un par de metros. Luca sentado al lado, jadeando, con la lengua afuera, feliz de haber vuelto a ver a Ama.
Lo tuviste.
- Se llama Kiara.
Con los ojos cargados le pregunté al oído si era mía. Me abrazo, sentí su sollozo por primera vez. Por primera vez la mujer más misteriosa de la tierra lloraba.

Gustavo Bonino