GO, RUN AND RUN......!!!!!!!!!!!!

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viernes, 31 de diciembre de 2010

DARTE CUENTA - LA HORA DE DESPERTAR



En casa, luego de volver de dar una caminata por el Central Park, para ra efrescarme, no me atreví a juzgarme. No sabía a ciencia cierta si era buena o mala persona.  Sí, era altruista o un snob disfrazado de bohemio. Sí, era demoníaco. Pero de una cosa estaba seguro, algo así como una revelación: era un artista. Y debía hacerme cargo. Me apoyé en la pared del living y me encendí un cigarro. Me sentí envuelto en claridad, un poco tembloroso. Sabía que eso era meramente físico. La realidad ya se me había hecho carne. Estaba comenezando a notar otra sensación, a la cual no podía ponerle espacio, ni tiempo, ni nombre. Una cosa era saber que escribía de manera potable y otra era darme cuenta de que era un artista, y lo sentí profundamente.
Por primera vez, me sentí el dueño de mi vida. Ya no volvería a ser un esclavo. No hay retorno cuando, sinceramente, uno se da cuenta de quien es.
Como versa el Desiderata, en una Iglesia de Baltimore, alrededor del año mil seicientos y pico "Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea, es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo".

Gustavo Bonino

jueves, 30 de diciembre de 2010

APRENDE A SONREIR CUANDO QUIERAS LLORAR



Fue entonces que llegué de Pam a la azotea del edificio de casa. Estaba tan tentador tirarse. Pero me gusta mucho la vida. Fue entonces que pensé en Gina y Ricardito, si realmente no me amaba más e iba con ese especie de perro fiel de acá para allá. Pero quien soy yo para juzgarla, si la perdí y como hombre. Esa es la ironía, llorar por alguien a quien dejaste ir. Una gran contradicción, como toda mi agitada vida, cargada últimamente de peleas en algún bar o pasarme 3 días sin salir del cuarto, salvo para las cosas escenciales.
Ama, a quien tengo nuevamente de vecina y en este estado, si la veo me haría muy mal. Ella tiene una bondad que cuando me llega se convierte en maldad. Todo lo que ella me dice o me hace, lo hace con buenas intenciones. Pero lo que para ella es una frase de alentadora, a mí me parte al medio. "Mirá si Kiara es un poquito tuya, me acosté con tantos que quizá tenés tu cuota de padre". Ese tipo de frases las escupe como una ametralladora y luego larga una carcajada.

Miro hacia abajo, de Pam a la azotea. Me hizo tanto mal que una chiquilina tenga tantos ovarios y la a vez esté tan o más a la deriva que yo. Porque Pam me gustaba y mucho. Pero hice bien en despegarme. Se me viene a la mente las estrofas de CERATI:
Separarse de la especie por algo superior
No es soberbia, es amor. No es soberbia es amor.
Saber decir adiós,  es crecer....

y separo de la baranda, ya dejo de mirar hacia abajo. Tentado. Y me resuenan las palabras que Pam me dijo una vez en la cana... Mientras charlábamos tanto que teníamos que ir a calentar el café, al menos, cuatro veces.
Y sus palabras fueron: "APRENDE A SONREIR CUANDO QUIERAS LLORAR".

Gustavo Bonino

martes, 28 de diciembre de 2010

DOS CUERVOS



Pam era pasado pesado. Ya hace dos semanas desde que se la llevó una ambulancia. Entramos Al, Luca y yo al apartamento luego de que se desplomo de puro llanto y yo decidí irme. No estaba para soportar eso. Gina y Ama eran don perlas muy pesadas como para criar una tercera. No way!
Entramos y vi su brazo que colgaba desde lo alto de mi habitación. En resumen se había tomado todo el extasis que tenía encima -era diller- y vendía para un portorriqueño basura que la tenía atrapada y en NY no te escapás de la mafia. Una vez que entraste es como dice Charly: LA ENTRADA ES GRATIS, LA SALIDA VEMOS. Y salió con un coma de envenenamiento del cual se salvó de milagro. Qué curioso, cuando escribo la palabra milagro creo en Dios o en dios. Yo, que tanto descreo. Pero ese es otro tema.
Al llamó al 911, y acá funciona en serio. Estuve detenido dos días por averiguación de antecedentes y pruebas, me sacaron fotos de frente y perfil y confieso que sentí algo de adrenalida, que la vida no podía ser nada más que escribir un blog tarado, conocer a Pam era la sal que le faltaba al gusto a nada que sabía yo, Lucho Bazterrica. Hasta que dieron con el portorriqueño miserable y nos hicieron un careo. CA-RE-O. Cara a cara, y lo tenía a veinte centímetros y cuando confesó le dí un cabezazo que me puso peor la herida que me había hecho Pam. Pero me sentí bien. Me sentí hombre -no por el trivial hecho de pegar- sino por desquitarme de esa larva que se estaba aprovechando de una nena de veintiún años. Mierda de tipo. Con los ojos llenos de sangre me le reí en la cara. Y me sentí bien. Mientras Al detrás de un vidrio de agarraba la cabeza de la desesperación.
El resto fue lo más simple, ir a visitar a Pam a un psiquiatrico.
- Viniste! me dijo cuando, sin que se de cuenta, me senté al lado suyo en un banco del jardín.
- Tomá, le respondí, entregándole un ramo de flores silverstres. Son flores salvajes como vos.  No jodas más Pam.
- Vos no jodas más y aceptame, te adoro. Me sonreí.
-Ves!, dijo, es esa media sonrisa tuya la que me mata. Se le llenaron los ojos de lágrimas. No me dejes acá.
- Ya sabés de memoria el final de esta historia, hace falta que la pongamos en palabras? Sos una nena y sos un demonio. Aprovechá esas cualidades que ambos, Dios y el demonio te dieron. Sos ambigua. Sos la mujer que todo hombre quisiera tener. Sonrió.
- Entonces quedate conmigo, cuidame.
- Pam... somos dos cuervos. Nos vamos a comer los ojos. Y lo sabés mejor que yo.
- Sos un cagón, me gritó a la vez que me dio un abrazo infinito.
- Me voy. Le separé los brazos de mi cuerpo. Le dí un beso en la frente. Y me fui, sintiendo un ramo de flores que me pegaban en la espalda.

Gustavo Bonino

jueves, 23 de diciembre de 2010

PINO DE NAVIDAD



En NY hay muchas fiestas que se celebran a lo grande. Y cuando digo a lo grande, hablo de gastar más de mil dólares en cuatro chucherías. Si los Yankees son campeones, se tapona la ciudad. El Thanks Giving es enloquecedor, las tiendas se abarrotan y hasta AL sale corriendo a comprar al mercado negro chino, estupideces de dicha fiesta para hacer una diferencia en su quiosco. Y la hace. Las veces que me sacó del teclado para ir a buscar cierta mercadería a un depósito de remate o cosas así. Pero es Al, es mi amigo. Y además no me lo pide, me lo impone. Como tiene llaves de casa, entra enloquecido, enceguecido y me arranca de donde esté. Sofá, cama, teclado. Mis tres lugares predilectos.
Halloween. Todo el mundo sale a la calle y disfraza la fachada de su casa de forma entre tenebrosa y cool. Me dijo Pedro, un peruano que vende Pretzels en el Central Park, que el Bronx, la gente gasta más dinero para esta fiesta, que la alta sociedad que vive en Park Av.
El 4th July. Dios, son miles de millones de banderas puestas hasta en los platos de los restaurantes. Luego el Saint Patrick day.

Hay algo curioso. Me enteré de que en la argentina se festejan estas fiestas. Y no logro comprender porqué. Ya que la historia de Halloween en nada nos une, lo mismo que el Saint Patrick. Creo que Argentina debe ser el país con menos población Irlandesa del planeta y sin embargo todos se juntan y se emborrachan y hasta lo sienten de verdad. Una mentira verdadera.

Pero Navidad es LA FIESTA. Todo se transforma en verde y rojo. Hasta las pizzerías se las ingenian para que las pizzas salgan con condimentos de esos colores y al slice de pizza lo llaman "Christmas Pizza". Y en NY todo el mundo compra por comprar. Por las dudas. Que no falte nada. Los árboles de navidad son pinos reales, Increíble. Aún recuerdo el árbol de casa. No tenía dos borlas iguales. Ahora debe ser vintage y debe valer fortuna.
Además el mercado ayuda, ya que las ofertas son imposible de creer. Y al día siguiente, los sales son ya una cosa imposible de entender. Casi te regalan las cosas y la gente sale a la calle y hasta el visto en la tienda Lacoste, cerca del Pier 19, a dos mujeres tironeando un buzo de GAP a ver quien se lo llevaba.
Otra navidad solo, ya voy por la segunda. Con el corazón en esta algaravía, en Buenos Aires, en los correos de amigos del alma, en Gina, en Ama, en los siete puntos que aún tengo, por el zapatazo que me lanzó Pam.
By the way, ayer volvió por sus cosas. Porque cuando se fue, estaba tan furiosa que se llevo la cantidad exacta de nada. Y eso que en un par de días tenía hasta el I POD de ella, que había desplazado al mío, conectado a los parlantes.
Cuando entró yo estaba de espaldas..
-Hola Lucho.
- Pam...
- Vine... la interrumpí, siempre de espaldas. Ella desde la puerta y yo desde mi sofá.
- Sí, te dejaste todo. Juntalo tranquila. Sentí sus pasos acercarse. Me miró la cara y se tapó la boca, como quien ve un cocodrilo en el living.
- Qué te pasó? grito en un grito que se acercaba más al llanto.
Solo atiné a mirarla. No cabía respuesta alguna.
- Fue cuando te tire el... La interrumpí.
- El libro, sí. Se largo a llorar, cosa que me empezó a incomodar.
- No te preocupes, la crítica me pegó más duro con mi libro.
Estaba vestida con un short corto, de color blanco, con unas sandalias con plataforma que le estilizaban más las piernas, remera floja y sin sostén, obvio. Esa es Pam. Atinó a agacharse para tocarme la cara, pero le saqué la mano a tiempo.
- Te enojaste mucho.
- No, me equivoqué mucho.
- la edad?
- El contexto, diría, le respondí. Ella se apoyo sobre el ventanal que enfrenta al sofá y desde donde se ve la calle. Se dejó deslizar sensualmente, la remera se le iba quedando pegada a la espaldas y naturalmente me mostró las tetas. Esa-es-Pam.
- Subimos a tu cuarto?
- Subí vos y juntá tus cosas.
- Disculpame...
- No, disculpame vos. Fui yo quien debió haber manejado la situación. Se sonrió. Me sonreí.
- Me gusta tu sonrisa, dijo. Tiene algo especial. Te puedo abrazar?
- (Mirándole ambas manos) No tenés ningún libro? Soltó una carcajada y me dejé abrazar. No la toqué. Entendió que debía irse.
- Fin?
- Fin.
Subió a la habitación. Se Oyó el desplome del cuerpo sobre el colchon. Lloró hasta quedarse dormida. Toqué el bolsillo de mi camisa y noté que me había quedado sin cigarritos. Tomé las llaves, la correa de Luca y nos fuimos. Me sentí aliviado. Hasta me dieron ganas de comprarme un pino de navidad.

Gustavo Bonino

miércoles, 15 de diciembre de 2010

DISCULPAS...



Resultó ser que Pam, esa escultura de 21 años que, con la excusa de que le firme mi libro, hace dos noches que está instalada en casa. Es autora, pero se gana la vida como fotógrafa. Y, creer o reventar, tiene un ojo perfecto. Tiene un talento insuperable. Fanática de Doors y Beatles, sucumbí a algo que no sabía si era correcto. Pero, qué es lo correcto? deberíamos poner una cámara en la intimidad de las personas y que alguien -no se quien- juzge los buenos y los malos actos. 
Todo Pam era una sorpresa para mí. También un balde de agua fresca luego de tanto rollo entre Gina y Ama. Creo que cada mujer tiene su encanto, pero la nueva es la que te da el cachetazo y te despierta. Esa era Pam. Desnudándose, mostrándome sus partes mas sensuales para que yo aprenda fotografía. 
- La motivación genera talento, me dijo antes de empezar. Y así se ponía, no en poses porno, berretas, trilladas, sino que en una foto se le ocurrió ponerse una frutilla entre las piernas, para que no se viera lo que debería verse en el mundo convencional, sino solo una frutilla. Una chica tan sensual, sensurando su cuerpo. Eso lo sentí como creatividad. Luca la amaba. Sabíamos ambos que yo no iba a poder sostener esa maravillosa tonelada de sensualidad. Muchos, hasta Al, casi me pegan por haberla dejado ir.
Es que uno tiene que ser sincero, al menos consigo mismo. Y ella era todo lo que cualquier hombre -como hombre lo afirmo- fantasea. Pero yo debo venir de una raza de tarados o de responsables, que para el caso son sinónimos, tratándose de Pam.
Al tercer día le dije que lo que estaba pasando no era normal.
-Y qué es normal, para vos? Acabar una sola vez?, me desafió llorando.
-Qué decís?
-Qué yo te admiro, que te hice acabar hasta cuatro veces sin parar. Qué esperas de la vida? solo sufrimiento? Aburrimiento y todos los ENTOS? yo podría irme con el primero que se me cruce, pero te elegí a vos.
Tenía cierta razón, pero no podía entrar en ese juego de una chica que me idolatraba por un libro mediocre.
-Lo único que espero es no hacerte daño. Vos no me conocés, sos  muy chica y admirás algo mediocre de mi,
-Eso es lo que pensas de vos, Lucho?, me dijo en un despectivo americano de Chicago.
Bajé la cabeza, tratando de controlar la situación de dejar ir a una niña, porque eso es lo que era. Una niña de lo más sensual que he visto en mi vida...
Me tiró mi libro en la cara y se fue tan despechada que dejó todas sus cosas.
Yo terminé en un hospital, me dieron siete puntos en la ceja izquierda.
Entró Al a la sala de primeros auxilios.
- Lucho, que le hiciste? vino llorando a mi local, casi me tira todas las estanterias.
- Fui sincero Al, la cuidé.
- (exasperado) la cuidaste?? No se veía nada calma.
- Creeme, algún día me lo va a agradecer.

Gustavo Bonino

martes, 14 de diciembre de 2010

AND NOW, SHAME OF ME!!!!!!!!




Vi  un capítulo de los tres chiflados. No sé por qué me reí mas de la cuenta. Es el segundo día en que no para de llover y yo con el balde limpiando los meos de Luca que son lagunas, y ya hinchado bien las pelotas.
En el peor momento, no había uno peor, suena el intercomunicador (el portero eléctrico en Argentina, al menos)
Dude. Gina enloqueció y traía su ejercito de loquitos a mi casa. Ama? no. Ama es de esas mujeres que te derriban una puerta con una sola palabra. Atendí.
- Aló?
- Sí, es el apartamento de Lucho?, sono del otro lado una voz completamente excitante. Mee quedé. Sonó nnuevamente el intercomunicador. Atendí, carraspeando.
- Si?
- Perdón la invación a estas horas, mi nombre es Pam y acabo de comprar tu libro y en dos horas me lo leí.
- Ajá, qué bien, respondí
- Puedo subir?
-Puedo preguntarte algo?, ella sonrió dulcemente.
. claro!
- Cómo supiste que yo vivía acá?
- Soy amiga de Al, el me recomendó tu novela, la leí y acá estoy. Es de noche y tengo miedo. Me habrirías?
- Ehh, no, digo sí, que no tengas miedo y que si te bajo a abrir.
Cuando bajé me encontré con una chica de veintiún años que me dejo sin posibilidad de respuesta.
-Pam, encantada, y me chantó un beso con unos labios carnosos en la mejilla. Casí la evito.
- Lucho, Luciano, encantado, que sorpresa. Es  la una de la mañana.
- Eso quería sorprenderte. Una fan que caiga a que le firmes tu libro a la una de la mañana. Estuve mal?
- no, ehhhh, querés subir? claro que tarado, si me tocas el portero supongo que queres subir. Pero no tengas miedo, no muerdo.
Es ahí cuando se me vino encima con su minifalda y me dio un beso que terminó a las siete de la mañana.
Curioso, ella quebró lo que Gina no pudo, sortear la lluvia y romper con el mito de que la lluvia arruina los planes.
Me levante a las nueve de la mañana y la encontré en la cocina haciendo un desayuno con una remera mía. No quise culparme, solo sentí ternura...
Gustavo Bonino

domingo, 12 de diciembre de 2010

CALMA, TODO ESTA EN CALMA



Cuando llegamos al JFK, Gina se bajó de forma violenta. Digo violenta porque durante el viaje ibamos en un silencio como de resignación, un silencio sanador. Calma. Eso respiramos. Necesitabamos que el tiempo nos cure para seguir o para separarnos, pero era imposible seguir así, el nudo era complejo y complicado. Desatarlo en un rato era imposible y violoento. Necesitabamos paciencia y entendimiento para desanudar. Necesitabamos calma.
Bajé detrás de ella para abrir el baúl. Ni bien lo hice, ella no se dejó ayudar, como si la separación de almas hubiera comenzado.
Levantó su cabeza y con los ojos muertos me frenó, "gracias por traerme, dejame seguir sola". Fue tan real la frase que me dio a entender que en ese momento no entraba la cortesía. Y creo que fue sano, ella dio el salto a la justa acción. Entendí que en  ese momento, los gestos y las palabras están de más. 

Hoy hace ya dos meses de su partida. Mati decidió no venir  a NY y yo estoy dando vueltas como el perro que persigue a su cola.
Escribir e ir a fumar un cigarro con Al, son mis momentos más felices hoy por hoy. Con Ama cada tanto nos vemos. Kiara está mas grande, ya es una nena y no un bebé. Y se parece mucho a Ama. Es como si Ama la hubiera concebido sola. Pero la concibió bajo un descontrol de pastillas y alcohol y Kiara jamás sabrá quien es su padre. Ama es padre y madre y no lo hace tan mal.
Llueve en NY, diluvia. Desde mi sillón veo como las gotas se pegan contra el vidrío y caen deslizando en forma de catarata y eso logra un efecto maravilloso, el no ver del otro lado. Como si toda esa masa de agua hecha de gotas me abrazara y aislara de la histeria exterior.  
Luca está tirado al lado mío, sabe que hoy no va a pasear. Entiende perfectamente a la lluvia y sus consecuencias.
Suena el celular, es Gina que logró traspasar la lluvia. No tengo la capacidad de atender y mucho menos de entender. Apago el celular. Cierro los ojos y me entrego a Ella and Louis que suenan de fondo. No estoy como para filosofar con ella dentro del laberinto que sé que, inexorablemente, me va a proponer.

Gustavo Bonino

sábado, 11 de diciembre de 2010

BORLAS QUE YA NO ADORNAN




Fueron dos meses intensos desde que encontré en el calor de Julio a Gina en el Met. Pronto vendría Mati a visitarme, Mi hijo ya tiene 20 años. Lo extraño horrores. Pero un imán compuesto de miedo no me despega de la Gran Manzana. No logro volver a Buenos Aires. La que tiene suerte y claridad es Gina, que  no tiene ningún imán y se va mañana. Sentado en el living pienso. Que extraña es Gina. No es libre, sino no seguiría comiendo de nuestro pasado que jamás será futuro. Aunque, en definitiva, de tanta excepción, se hizo la regla. Dejó a Ricardito o Eduardito, un pobre infeliz, cuya máxima felicidad es ser macanudo y quedar bien con todo el mundo, yendo a esos cursos en donde se junta gente aburrida y sola. Vaya miseria. Pero el pobre se juega sus fichas y tiene más chances que yo de quedarse con Gina, allá en la entrañable Buenos Aires. Me sirvo un whisky para poder seguir acomodando fichas deformes y tratando de recordar, sabiendo que lo único que quiero es olvidar. Gina se va. Y el gran motivo es Matías. Está negada a convivir con él. Y me la hace difícil, porque yo no puedo elegir entre el amor y el amor. En esa pulseada terminará ganando Matías. Pero no a Gina, sino a la incomprensible negación de Gina. Ella duerme, mientras los hielos se acomodan en mi vaso.
Ama, que recuperó su apartamento y somos nuevamente vecinos con privilegios.
Levanto la cabeza por el ruido. Es Gina bajando de la habitación al living, con su infaltable remera de dormir que dice LOVE IS IN THE AIR. La hace rea y eso me desborda de ternura. Va a la heladera a servirse un vaso de jugo de naranja, infaltable en ella. Criada en el seno de una familia alemana, todo tiene reglas. Recuerdo cuando nos estábamos mudando para vivir juntos, hace ya varios años, ella cortó la mudanza y se largó a llorar. Era el hambre. Para ella los horarios de su rutina armada desde hace años, son intocables. Aunque conmigo, su antítesis, había cambiado  algo. Y eso nos cambió a los dos, o fue unos de los motivos por los cuales ella estuviera en NY como una boya aburrida en un río sin peces.
Se  puso a juntar todas sus cosas. Va a su cartera y mira su I POD. Sí, yo no tenía ni el menor recuerdo, pero hoy se vuelve.
- Todo bien?
- No, todo mal... En tres horas tengo que estar en el aeropuerto.
Se larga a llorar y la contengo
. No te preocupes, yo te llevo, estamos con tiempo.
- Error!, Tiempo es lo que se agota.
Imagino un inexorable reloj de arena. Y pienso en la sabiduría de nuestros mayores, de poder descubrir que se puede contar el tiempo con arena.
- Cambiemos el pasaje ahora, le digo, sabiendo de memoria la respuesta.
- El de Mati o el mío?, me desafía y me pone contra la pared.
El tuyo, así somos tres, bueno, cuatro con Luca. Por favor aflojá con el tema de Matias
- Ayudame, voy a perder el vuelo...
Me levanto, veo sus cosas desparramadas, como si mi casa fuese un árbol de Navidad y sus cosas las borlas.
Junta sus cosas a una velocidad increíble. Me  visto agarro las llaves del auto. Antes de salir, aún en la puerta me abraza y me mira con sos vidriados ojos verdes. Se los cierro, nos vamos. Estoy por cerrar la puerta y la abro un segundo. Necesitaba convencerme de que las borlas ya no estaban,

Gustavo Bonino

martes, 7 de diciembre de 2010

QUISE QUEDARME PERO ME FUI (CHARLY´S DIXIT)

Hoy tengo ganas de comer asado, pensé. Desde luego que no lo pensé bajo la mera fantasía. No. Tenía ganas de salir con las llaves, el pasaporte, la billetera (lo puesto) hacia el JFK y tomarme el primer avión. Juntar a los amigos y que las velas no ardan.
Era la  máscara perfecta para disfrazarme contra el dolor de saber que Gina estaba con su novio en NY. Imposible de soportar. También eran ganas de sentirme contenido, rodeado de amigos, que son, en definitivamente, tu familia.

NY, un calor que derrite hasta los puentes. Y yo, bajo mi ventilaodor de techo, fumando un cigarrito de vainilla, pensando en Gina, sabiendo que ella también estaría pensando en mí. NY es nuestro. Aca nos jugamos la vida en cada caminata y nos bebimos el azar con ese agua llamada tiempo. No resultó. Luca me mira y le sonrío. Mueve apenas la cola, como para dejarme conforme. Esperaba la frase mágica que solo él entiende, "let´s go Luca" y eso se transforma en una catarata de saltos, ladridos y lloriqueos agudos. Yo no tenía ganas de pasear. Menos con Gina paseando, arrastrando al novio como si fuera un globo y seguramente pensando en mí en cada tienda. Lo mismo me pasa a mí, solo que yo no puedo entrar en Victoria Secret´s sin ver su  cara de felicidad en cada perchero, placer infinito de solo recordarla. 
Debo terminar mi segundo libro, esta vez es un encargo muy mío y nada tiene que ver con el blog.

Se acaba el dolor? Es realmente una cuestión de tiempo?
Podía relajarme en Ama y olvidar a Gina, pero relajarte sobre una persona bipolar es como acostarte sobre las brasas...

Pegué el grito de guerra a Luca para salir a pasear, pero ni se mosqueó. Respiró fuerte y me dio la espalda, como lo han hecho tantas personas...

Sonó el timbre, era Ama. Lloraba, atiné a no abrirle, pero no pude.... Definitivamente en mi vida nada estaba bien.

-Puedo? preguntó como un pollo mojado...
-Podés...
- No te entiendo, me replicó.
- Explicate...
- Yo en tu lugar, jamás hubiera dejar pasar a una tipa como yo. Sabiendo que te hago mal. Que confundo más las cosas
- Ama, ya toqué fondo, nada puede estar peor.  Acomodate, yo salgo a dar una vuelta.

Me fui a caminar un poco por ahí. Central Park brillaba de hermosura. Entré en el Met. De puro aburrido.
Delante mío, de espaldas estaba Gina. Y creo que estaba sola. Quise huir, quise quedarme. Pero me fui.

Gustavo Bonino

jueves, 2 de diciembre de 2010

DIA ABURRIDO


Algunos dicen que la vida es un crucigrama. Vertical/horzontal. Luca y yo debíamos seguir esos parámetros tan pedorros? Dos vidas siguiendo el mapa de un crucigrama?. No. Me planté ante el desquicio de Ama, cuando me dijo "la vida es un crucigrama". Me niego a creer que la vida es eso, recuerdo haberle dicho.
Todo esto lo pensé en la barra de la cocina, mientras Luca masticaba su hueso yanqui y yo mi desayuno compuesto de sobras, requechos de algunos abruptos al hacerme el FRANCIS MALLMANN. Tan pelotudo soy, lo sé.

Siempre pensé que uno era el que debía conquistar el tiempo. Ahora noto que no, que el tiempo está afuera, del otro lado de mi apartamento, esperando ser usado. Y eso me dibujó en el rostro, una media sonrisa, esa que alguna vez empapó de amor a Gina.

Y Gina, en donde estará ahora? Caminando con su novio caniche? Y Ama? mejor no pensar en eso.

Así como suenan tanto las sirenas en NY, suenan también los ladridos de Luca, que su instinto lo obliga a negarse a mear en un parquet. (se escribirá así?)

Salí fuera del apartamento. Tenía una reunión con la gente de la editorial que me publicó el libro del blog, pero estaba bastante cargado para escuchar a gansos con corbata. Desde luego no respondí a ningun llamado a la BB que me dieron, suelo apagarla. Detesto las noticias, no importan su carácter, sean buenas o malas. Ya no tengo la capacidad de sorprenderme, porque por lo general la sorpresa viene con sorpresa.

Me fui a la cigarrería de Al. Como siempre, estaba regañando a algún indú de turno por no atender bien a algún cliente, cosa que me enerva. Me hizo traer un banquito y un puro. Fumamos juntos.
El silencio se adueño de la tarde.

Gustavo Bonino


miércoles, 1 de diciembre de 2010

EL VEINTIDOS





Recorrimos tantas tiendas en busca del vinilo de Hendrix y Morrison en vivo, en el Club de la Escena, año 1968. Yo lo tengo en CD, pero me volví UN-CHICO-VINTAGE. O sea un boludo de cuarenta y un años devenido en cool, que causa sensación si agarro a una desvalida mujer perdida en la noche, sola y aburrida o que causo gran tristeza si miro a una de veinticuatro y me mira con cara de lástima, mordiéndose el labio inferior en absoluto gesto de "estás totalmente fuera de foco".

Let`s there be love, suena a lo lejos, lindo, pero acabo de perder a dos mujeres. Mis dos mujeres. Just rememeber I¨ll be by your side... sigue esa misma canción... Y las dos estaban tan lejos, que podía sentirlas. Es como ver al croupier llevarse tus últimas fichas. Están ahí, pero ya no te pertenecen. Se alejan y van a caer en las manos de otro.
Y tanto Ama como Gina son fichas grandes, de esas que dan miedo apostarlas en una sola jugada. Si ganas, lo tenés todo, si perdés todo se fue en una sola ficha. Son mujeres no troquelables, no podés cambiarlas por varias fichas chicas. Es una y jugate. Yo perdí dos de una sola apuesta.  Aposté al 22, obviamente.  Dos fichas, dos plenos, dos derrotas y un dolor que será la alegría de tantos otros...

Estaré acabado? Será que ya no puedo apostarle a nada más?. Creo que no hay resto. Estoy agobiado. Buenos Aires, la familia, esta ciudad tan mía y tan lejana a mí, Gina, Luca, un Whisky doble que le pedí a Al que me invite por un bolichito que pasábamos. Luca atado a un poste, llorando becuase "NO SE PERMITEN ANIMALES" y yo buceando hacia el fondo de mí  mismo, a punto de darme la trucha contra el gritito del croupier:  NO VA MAS.

Gustavo Bonino


martes, 16 de noviembre de 2010

AMORES QUE MATAN, NUNCA MUEREN.


Luego de que Ama pusiera FIX YOU. Luego de haberle hecho el amor durante toda mañana hasta que el sol nos detuvo con su insuperable luz, luego de todo eso vino la noche. Gina paseando con su novio, un tal Ricardo o Roberto y Ama se fue con Kiara antes de que pudiese reaccionar… Un grito desautorizado se me atascó en la garganta y no pude gritarle “QUEDATE, SALVAME”. Hizo su bolso con la naturalidad con la que yo le pego a la pelota con el hierro siete, se acomodó, hizo foco en su golpe  y me pegó en el centro del corazón cuando la puerta de cerró y lo último que vi de ella fue su mano aún dentro de la casa, que cerraba el picaporte y, sabiendo que la miraba, me levantó el pulgar. Tuve que cambiar las lágrimas por una sonrisa que solo ella es capaz de sacarme. O tal vez lágrimas y sonrisas hicieron una comunión para unirse y hacerme fuerte, y juntas, vencer el detener a Gina y a Ama, que juntas me hacían pedazos.
Luego de que la puerta se cerró pensé en aquel día, hace tantos meses atrás, cuando aún teníamos sueños de casarnos y nos juramos un amor eterno,  Gina se hartó de mí y se tomó un avión a Buenos Aires.
De golpe me asaltaron las ganas de ir a Buenos Aires, pero tenía la ciudadanía que tanto me costó conseguir, y cambié a mi hermosa Buenos Aires, a mi gente, a mi hijo, por las escaleras que dan mi habitación.  Y Luca? con quien lo dejaba? Esto no es Buenos Aires, aca no viven el mecánico de confianza o la portera con ruleros que son capaces de matarse por vos. Acá la gente es fría. Y no es que esté mal. Son así y yo debía seguir las reglas del juego.
De pronto se me vinieron los amigos a la cabeza, es por eso que me mantenía algo cuerdo, mientras dos ríos capitales, como el Éufrates y el Tigris lo fueron cinco mil años atrás e hicieron de este puto mundo lo que es. Bien, yo era un mundo en miniatura, desarmándome -pieza por pieza- como un robot hecho de RASTI o un rompecabezas de cinco  mil piezas.
Anoche bajo el puente de Brooklyn… Ahora acá, otra vez solo, pensando en Gina y su novio, imaginándolos en esa vida rosa chicle que a ella tanto le gusta de un hombre. Y no la culpo, la entiendo. Entiendo porqué me dejó. Tiene algo que yo no. Consigue lo que quiere.
Y ayer la tuve entre mis brazos y le di un beso que solo bajo un puente se puede dar. Pensando también en Ama, tratando de adivinar si se iría a una aldea india en el centro de este país, rodeada de pieles rojas y caballos o si ya estaba contratada para ser la secretaria de algún diplomático o Banco de renombre, lista para subirse a un jet privado con un trajecito sastre, que solo una rea como ella puede lucirlo. Porque así es ella, no sabe nada y lo sabe todo.
Me serví de inmediato un vaso lleno de Whisky, el tercero (debía enfrentar de alguna manera tanta pérdida).
Puse la mente en blanco y me quedé escuchando la última estrofa de la canción que anoche me regaló Ama:  
“… and I will try to fix you”
Gustavo Bonino

domingo, 14 de noviembre de 2010

MUÑECO DE TRAPO



Llegué del encuentro con Gina al amanecer, empapado del rocío del agua, el viento que hace de spray con ella, la que corre por debajo del puente de Brooklyn. Empapado también del sudor que me provocaba el miedo a que Ama despertara, la corrida enloquecida ya que a esa hora y en ese Pier, no es nada fácil conseguir un metro que me lleve al Meat Packing.
Antes de llegar me detuve en la esquina de casa, miré si AL había abierto su tienda. No. Eran las seis de la mañana. Imposible. Menos un Lunes.
Entré al edificio de la manera más discreta que pude. Impecable hasta el segundo piso (mi parada).  Inserté la llave suavemente en la cerradura sin el menor ruido, no sea cosa de que Kiara o Ama se despertaran.
Por un instante me detuve. Pensé: "que estoy haciendo... de qué me escondo... y, sobre todo porqué. Después de todo era mi casa y más por arriba, ERA MI VIDA".
La llave giró con la lubricación delicada con la que se deslizan las llaves en New York. Sé que es estúpido reparar en este comentario, pero una cerradura en New York, jamás falla. Jamás.
Salvo que alguien del otro lado de la puerta, la trabe con el pestillo. Ese era mi caso. Mi puerta estaba trabada. Bloqueada.
- Ama, pensé agarrándome la cabeza... ya se dio cuenta de todo...
Y no me equivoqué. Una voz muy baja me susurró del otro lado de la puerta. Era Ama.
- Acomodate en el felpudo o andate a dormir a la cama de Gina... Lo dijo con una suavidad que me dio pánico.
- Abrime, le dije en voz baja, para no armar alboroto en el pallier.
De pronto sentí que pestillo se descorría. Entré. Pensé en tomar la delantera - la única forma de bloquear a Ama - pero Kiara dormía y todo el edificio también. Y como nuevo residente, no me convenía tener ningún tipo de problemas legales. Los americanos se deshacen muy fácilmente de la gente que les trae problemas, tengan o no razón. La molestia no les agrada. Y de mi aparatamento a un tribunal había una distancia de un par de días. Entré. Cerré la puerta y me recosté sobre ella. La nuca de Ama estaba a unos metros en el blanco sofá.
- Estuviste con ella...
- Sí, respondí. No tenía ganas de entrar en un juego de mentiras absurdas y menos con Ama, que no tiene el menor temor de hacer lo que quiera en cualquier momento. Ama es de esas mujeres que te dan todo y te lo quitan. Y lo hace con un gesto, con una sutileza... Sin mirarme, de espaldas a mí, estiró su delgado brazo. comenzó a sonar un tema de COLDPLAY que versa... 

LIGHTS WILL GUIDE YOU HOME
AND INGITE YOUR BONES
AND I WILL TRY, TO FIX YOU.

Así, empapado de agua de puente y de lágrimas, me rendí. Ya no podía seguir en este TRUCO de a tres. Estaba conminado a recibir siempre los cuatro de copas. Me dejé deslizar por la puerta mientras un primer rayo de sol me daba sobre media cara, los acordes eran cada vez más fuertes.
Ama lentamente se incorporó del sofá y se mostró frente a mí. Estaba empapada en lágrimas... Estiró sus brazos. Con sus dedos hizo un gesto de "vení, dame un abrazo y olvidemos, al menos por un rato, toda esta verdad..."

La música se ponía más intensa, Ama me abrazó fuerte, como a un muñeco de trapo, un muñeco incapaz de tomar desición alguna...


Gustavo Bonino

domingo, 31 de octubre de 2010

Bajo el puente

La brisa nos daba sobre la cara, la noche bajo el Puente de Brooklyn es más oscura que la noche. La besé tanto que cuando nos desanudamos y mi boca fue a su oído para soltar alguna frase de amor, no supe por un par de minutos si estaba besando a Ama o a Gina. Mi angustia menguó cuando Gina me ganó la posición y susurró con su inconfundible ternura de gata mimosa "Te amo como nunca más voy a poder amar"

Suspiré... Temblaba como un arroyo. La abracé muy fuerte para no caer dentro de mi propio vacío.

Gustavo Bonino

viernes, 1 de octubre de 2010

NY - QUE HARIAS SI NO TUVIERAS MIEDO?


- Y cómo me enfrento con el libro?
- El libro... o la gente?, observó Ama.
- Qué mierda importa!!!. No quiero hablar de esa bosta! Qué es todo ese show ridículo?. No va a ir nadie, además...
- Lucho... lo cortó en seco Ama, con una sonrisa irónica estampada y lista para el remate...
- Qué!... le dije y me rendí ante su inevitable gol de media cancha...
- Qué harías si no tuvieras miedo...

Gustavo Bonino

martes, 28 de septiembre de 2010

TIRAME UN CABLE A TIERRA, GINA!!




Hoy es uno de esos días en los que tranquilamente me suicidaría. En realidad estoy tan aferrado a la vida como a la muerte. Me maravilla vivir y ver a Mati crecer (aun que estemos tan lejos ahora), a Luca mirarme sabiendo que, en su condición de perro, me entiende. Gina y olor de su piel, siempre tan pura y tan vil. Ángel y demonio. Sus cartas fuertes. Ama, Amalia Cedilla y la complejidad de su cerebro, lo que odio de ella, es lo que más amo.

Pero sí, a pesar de ellos, de mis amigos, de Al, a pesar de todo me suicidaría tranquilamente. Y lo estoy pensando papel y lápiz en mano. Haciendo la lista de la forma más agradable de morir. Porque quiero disfrutar, quiero irme como por un túnel “ALL THAT JAZZ DIXIT”.

Tengo tanto por qué vivir, pero unas ganas de matarme se apoderan de mí. No sé por qué. No sé por qué. No sé por qué, repito llorando porque la cerveza ya me pegó y potencia mi tristeza.

Listado de motivos.

Soy infeliz, mi forma de ganarme la vida dista de lo que realmente quiero, pero lo que es peor, dista de lo que realmente soy.

Quiero estar en pareja, pero quiero estar solo. Y no me banco ninguna de las dos cosas.

No tengo a donde ir. No soy de NY ni soy de Buenos Aires.

Estoy completamente deprimido.

Mis obras, las que moran en mi mente, jamás saldrán a la luz, aunque yo – mentirosamente – me diga que sí.

Etc

Etc

Etc

Es el final

Quiero llamar a Al, pero él está peor que yo. Quiero despertar a Ama que duerme abrazada a Kiara, quiero llamar a Gina y abrazarla. Y –debo admitir- la vida sorprende. Suena el teléfono. Es Gina.

- Hola, dijo suavemente.

- Hola dije y ella notó mi estado.

- Te espero en la esquina de tu casa en diez minutos.

- Sí, respondí y corté.

Bajé. Era Gina. Puntual. Imposible que falle. A diez metros sentí como el imán hecho de tiempo nos atraía.

Nos matamos en un abrazo. El olor de su piel me pone mal. Me hace llorar de ternura. Otra vez zafaba de la muerte. Mirarla era entender todo, era ir directo a cualquier colchón a escondernos de la torpeza de este mundo espantoso.

Ambos sabíamos que teníamos la fórmula química para salvarnos.

Gustavo Bonino

viernes, 24 de septiembre de 2010

PIER 45



"Estoy borracho, tomé Alplax y fume marihuana". Eso es lo que me dijo Al. "Estoy volando, estoy volando"

Al estaba con mal de amores. Ama y yo nos quedamos mirándolo. Gina estaba en un hotel que contrató desde Buenos Aires. Y yo con un nudo marinero en la garganta....

Al, como de costumbre, se enamoró de una puta que se enganchó en el PIER 45, en el Hudson River Park. solo Al puede llegar a encontrar una puta ahí.

Ese día, con Gina en un hotel y Ama con cara de culo, yo me quedé con Al toda la noche. Toda la noche pensando  en como resolver el crucigrama más difícil en cuarenta y un años.

Gustavo Bonino

jueves, 23 de septiembre de 2010

GINA´S BACK OR JUST COME?



"Llego en el vuelo 944, a las 16 PM, bueno que pelotuda, las 4 de la tarde. Me podrás ir a buscar : ) DALEEEEEEEEEEEEEE"

De golpe y porrazo volvía Gina. En realidad no volvía, simplemente venía. Que de simple no tenía nada. Ama, estaba parando con Kiara en Casa. Pero ese no era el problema sino la excusa para desviar a mi corazón. Gina tenía novio y estaba "bárbara" con Ricardito. Eran pan y manteca, Batman y Robin, pan y manteca. Y yo era, me sentía una botella de vinagre. Me revolvía el alma, las tripas, que Gina viniera. En carácter de qué?. Ricardito era parte del equipaje?. Si venía, en donde encajaba Ricardito y su estúpido nombre?. O, tal vez, la pregunta más acertada era: En donde encajaba yo entre ellos?.
No me animé a responder más que: "Genial, no te preocupes, yo te busco".
Eso era al día siguiente. Ella no respondió. No aclaró nada.  Esperaba una contraseña tipo "estás con alguien?"
Esa noche no dormí. hice tantas conjeturas que a las tres de la mañana, me levanté, prendí el I POD y puse Wise up de Amie Mann (ese tema me lleva directo a ella). Y me puse a anotar las infinitas combinaciones que podrían llegar a sucederse con la llegada de Gina. Ricardio, Ama, Gina, yo. Ni hablar de Kiara y de Luca. Explicar estúpidamente -frente a la cara-de-culo de Ama- que Kiara no es hija mía. Fui y vine por el extenso pasillo de posibilidades. Ama dormía. Y ese era el otro cabo de la soga que me ahorcaba. Explicarle a Ama. Valía la pena? Tal vez Gina venía sin su Ricardo y se hospedaba en un hotel. Tal vez Ricardo tiene casa en NY o lugar en donde parar. Eso era bastante probable, conociendo a Gina. Siempre al lado de un hombre sustentable. Eso me relajó un poco. Me clavé un alplax, una medida de whiskyy y a dormir.
"Me compré tu libro acá en Buenos Aires, estás más pelado en la foto, pero más lindo", versaba uno de los párrafos del mail. Lo cual era una caricia con la fuerza de un cachetazo. Mi libro en Buenos Aires?. Ya todo me superaba. Enloquecí de solo pensar como lo habrán editado. Por qué clase de filtro habrá pasado esa edición, seguramente maltratada por un Colombiano con todas las materias aprovadas en alguna universidad, destrozando a mi libro, que es solo un vómito lógico  después de tanto amague. Una desprolijidad con onda, algo original, nada más. Carente de todo talento y manoseado por un extranjero para su venta en la Argentina.
Llegué al aeropuerto hecho un trapo, aunque me vestí bien y me puse perfume. Pero los anteojos no me los sacaba ni en pedo.
Llegué tarde, como siempre. fui a una pantalla indicadora y vi que el vuelo estaba arribado. Corrí hasta el gate por donde salía Gina o Gina y Ricardito. Busqué desesperado su silueta, luego me concentré en parejas. Traté de mandarle un sms. Pero no hizo falta, estaba a metros de mí. Esperando. Mirando su celular. Reí.
Le escribí "estoy tan cerca, que vas a verme antes que a este mensaje". Lo leyo, a la distancia su risa era más hermosa aún. Sin Ricardito, thanks god!.
Giró la vista, ahí estaba yo empezando a llorar como un chico. Ahí estaba ella que vino hacia mí corriendo y solo atinó a besarme los labios.

Gustavo Bonino

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DOMINGO EN EL SOHO



Los domingos de verano en el Soho no son los martesde verano en el Soho. Los domingos brota la gente del metro, de brooklyn, de Queens, de todos lados. Y el Soho, que ya no es más bohemio, sino una mini Quinta Av. pero con locales más modernos. El Soho de alguna manera me duele. Me recuerda a Gina y Ama lo sabe. Gina tan lejana siempre y tan presente acá, en este lugar en donde murió de amor por unos aretes de tres dólares o cuando se estrenó el local de Victoria´s Secret y se quedó toda una tarde comprando enloquecida por todo lo que significaba para ella estar en el estreno de la casa de ropa interior más "cool",  el sueño de la niña que soñó mucho y todo aquello de contarle a las amigas y las fotos y la cartera imitación Vuitton, todo ese mundo llamado Gina, tan trivial y tan genuino. Como de Cenicienta llena de bolsas de marca y una sonrisa imborrable en su hermosa cara.   

En cambio Ama amaba el Soho, no este. El Soho que conoció cuando llegó a NY y expuso un par de veces. Ahora el arte es una moda y vivir en el Soho te da status, no calidad artística. Andy y sus sueños. Eso ya pasó. Queda algún hueco en donde refugiarse. Pero el Soho los domingos tiene algo de salvación contra el Domingo, siempre tan deprimente.
Justamente ahí en el Soho estábamos Ama, Kiara, Luca y yo. Ama comprando excentricidades que luego se convierten en verdaderos adornos. Esa mirada especial. Como si viviera en dos dimensiones. Y ahora eran ella y Kiara. Demasiado, en el más amplio sentido de este adjetivo de cantidad.

ADN. La última vez que me comprometí con esa sigla fue con la profesora Confortí. "La de biología". ACIDO DESOXIRIBONUCLEICO. O algo por el estilo. Ahora esa sigla era una espada que con su filosa punta me acorralaba contra la pared. Ese sobre con el resultado a ver si yo era el padre de Kiara o no. Abrirlo. Debatirme en el cariño por la nena, la falsa fantasía de un imposible. La realidad de lo posible. Mi vida a pique o no... Abrir el sobre en un pasillo de azulejos verde agua y saber que Kiara no era mía. "Será solo mía" me dijo Ama, haciendo un bollo el resultado. "Padre y Madre", dijo y se mordió el labio inferior y se tragó los mocos con un gesto que sabía a reto al destino.

Ahí estábamos, ese domingo en el Soho. Kiara riendo porque Luca le chupaba los deditos para mimarla y yo, manos en los bolsillos abrazado por Ama, que con una mano llevaba a su hija y con la otra se aferraba a mi flaca cintura.
"Dean and Deluca" gritó al ver el negocio de exquisiteces más variado de NY. "Esta noche cocino yo".

Miré el cielo, una ráfaga de viento hizo que mi gorra se volara... La levanté, me incorporé, claro. Vé mi libro en una vidriera. Por un momento sentí que la vida tenía sentido. El sentido que yo estaba necesitando a cuatro manos desde los tiempos en donde prefiero ya no recordar...

Gustavo Bonino

jueves, 16 de septiembre de 2010

TARDE




Ya sé que es tarde. Ya sé que siempre para mí es muy tarde. que nunca llego... Que siempre estoy a punto y se me va la oportunidad de conocerte... A vos papá, a vos padrastro, a vos tía, a vos abuela -que no te despedí-, a vos tía Charo, que te pago con indiferencia el amor infinito que me tuviste (y nadie supo entender tu valentía, salvo cuando te lloremos, porque la muerte es la raya de la cuenta en el cuaderno, ahí se sabe el número. El número imposible del amor que te tenemos todos, a vos, tan valiente, tan quijote). A vos Nona, que tanto amor me diste… Y no logré vencer mi cobardía de ir a sostener una de las sortijas de tu ataúd. No pude.

Y siempre es tarde, para decirle a Mati que lo amo, a Coco un GRACIAS!, a Inga un te quiero o un ramo de flores...

Siempre es tarde, para la novela, la obra de teatro, el unitario, el libro de poemas. O la paciente guitarra.

Tarde para ser profesional, tarde para ser bohemio, tarde para estudiar Letras y dejar de mentirme. Tarde para los amigos, siempre relegados. Tarde para la familia, siempre olvidada.

Ya sé que es tarde. Que me perdí varios últimos abrazos de personas a las quise y quiero. También a las que odié.

Siempre es tarde, hasta para jugar -al menos un cachito- a rebobinar y darme cuenta de que es temprano.



Gustavo Bonino


domingo, 12 de septiembre de 2010

NY - WELCOME KIARA




La cara de un psicópata se me acerca. Estoy atado a una mesa metática, de esas que tienen en la morgue Judicial de Capital Federal, a donde fui a reconocer el cadaver de mi tía Celia. Se acerca tanto que le siento un aliento ácido, como a manzana verde o  a ensalada waldorf. Mis muñecas están hacia arriba, muy aferradas a la cama. contra mis muslos. En una mano tiene una hojilla de afeitar. Recordé una imágen de mi abuelo y su cara vieja, su piel de lija blanca. Esa imágen de la antesala de la muerte parada a mi lado: la decadencia. Desenroscaba la tapa porta hojillas de su màquina de afeitar. La misma con la que me afeito. Una de esas herencias de la que no podemos desprendernos. El placer del preparativo de la afeitada, con brocha y crema. El psicópata acercó la hojilla a una de mis muñecas.
- Al fin llegó, estarás pensando, relamiéndote, me dice dándo una carcajada maníaca. No respondí. No sabía qué... Prosiguió.
- Qué, no vas a decir nada? Ni siquiera un "gracias"?
- Quiero irme de acá, le respondí. Sudaba. Estaba empapado en terror.
Me gritó con energía brutal y un mechón se le vino a la cara y con la mirada de un solo ojo, pesado de odio, me respondió "No me hagas perder el tiempo, hijo"
- Tiempo es lo que te sobra! Rajá de acá!.
Asintió a mi comentario. Se alejó y volvió recardado de una furia controlada. La peor faceta de la furia. "Me llamás a cada cinco minutos y ahora que me tenés a tu servicio, escucho un "rajá de acá"? Sabés cuantos me reclaman en este momento?". Hizo el ademán, llevándose la mano a su oído, de estár escuchando a alguien, a muchos. "Cientos de miles y cuando te doy la oportunidad dorada, me pedís que me vaja?" Soltó una carjada corta. Como la tos seca de una persona vieja.  
- Quien sos?
- Quien sos? Me imitó burlonamente. Con su mano desocupada, se descorrió el pelo de la cara y puso su mano en el mentón y con toda calma respondió "Sos pelotudo o te hacés? y luego de su boca empezaron a salir frases mías, las cuales recitaba con el mismo tono de burla. "Cómo puedo matarme?", "Y si me empastillo y abro el gas?".  "Y si me pego un tiro?, pero en donde? que cagazo apretar el gatillo y sentir por un instante como todo se va, mientras por primera y única vez siento un ardor en la sien". "me tiro ahora, me tiro ahora delante de todo el andén, no doy más". Nos quedamos en silencio. De pronto se incorporó, tomando firmemente la iniciativa. Levantó la mano en la que tenía la hoja de afeitar, miró una de mis muñecas, se relamió asquerosamente y me tajeó....

Salto del banco de la plaza. Abro los ojos, una cara a cinco centímetros de la mía me está mirando y la miro, me quedo duro. No entiendo nada. Luego caigo en que todo fue un sueño. Esos cinco segundos en los que el tiempo tiene el mágico poder de meterte en al vigilia y el sueño al mismo tiempo. Ese despertar que bien podría ser el sueño eterno. Pero despeterté.  Reconozco la cara. Ama.
Trato de zafarme de ella pero me tiene agarrado de las muñecas.

- Ama... Digo con un hilo de voz. Ella sonríe. Está bronceada, el pelo más largo, y negro que antes.
- Leí tu libro. Me responde como si nada. Cuando yo espero que me diga si abortó, si tuvo al bebé, si es mío. Si era, si hubiera sido. Pero toda ella me desconcierta.
- Lo tuviste?
Ella señala un cochecito a un par de metros. Luca sentado al lado, jadeando, con la lengua afuera, feliz de haber vuelto a ver a Ama.
Lo tuviste.
- Se llama Kiara.
Con los ojos cargados le pregunté al oído si era mía. Me abrazo, sentí su sollozo por primera vez. Por primera vez la mujer más misteriosa de la tierra lloraba.

Gustavo Bonino


domingo, 29 de agosto de 2010

NY - RACONTO EN EL LAGO.





Hacer patito...la piedra chata rebotando contra el agua. "Hacer patito", pienso. Qué raros somos los argentinos. Busco la próxima piedra. Luca olfatea mi camino, su manera de dar su presente. Ese "acá estoy, te puedo dar una mano?". Aprendí a hacer patito en un lago en Córdoba, luego me hice profesional en alguna playa de la costa Argentina.
Ahora me sirve para matar este tiempo lleno de tristeza por el que atravieso. Mientras tiro piedras al lago de Central Park, pienso y no paro de pensar. Tanta pérdida acá, allá. Gina, que ahora está con Ricardo, creo que se conocieron en una clase de algo. Alguien de su talla, No recuerdo. Me lo contó, pero tiendo a olvidar o a desechar. Seguramente habrán coqueteado por mail y ahora estarán juntos. Así es el modus operandi de Gina. No la culpo. Más bien le deseo lo mejor. Creo que separarnos acá, en NY, fue lo mejor que nos pasó. Ella tiene tanto para resolver. Y sus amores son veranos de un par de años. No puede estar sola. Bueno, yo estoy solo y no la paso bien. Pero lo prefiero así.
Y Ama? habrá abortado? Será, fue mío? Donde andará?.
Acabo de hacer nueve rebotes en el agua, Nueve patitos. El nueve es mi número. Tengo que entregar la nota para el Blog y no se me ocurre nada. Creí que el lago, el parque me iban a desprender de la repetición. Pero no, ya venir a un lago a buscar ideas es algo harto trillado. Como los guionistas que se van a escribir a Colonia porque creen que la una ciudad con mágia les va a impregnar esa magia.
Me siento solo. Acá solo está mi editor del BLOG, un tipejo simpático, Al y un par de vagos que paran en la placita de Magnolia Bakery a tomar café con Cup Cackes y después un cigarrito. Buena gente, la mayoria cuentapropistas, artistas, diseñadores, skaters veteranos, ese palo.

Luca está con unas ganas de tirarse al lago que se muere. Lo enloquece que tire piedras, las quiere recuperar. Pero sabe que tirarse al lago es sinónimo de dormir afuera del depto.
Tantas veces como ahora es mi compañero de charlas. Y no tengo dudas de que conoce mis estados.

Gina y su amigo Ricardo, Ama perdida por el mundo, con o sin un hijo, en Africa, luchando contra la lepra o en Australia surfeando, con ese placer que le causa el peligro. 

Y yo tirando piedras y ejemplares. Salió mi primer libro con una selección de posteos que escogí, nada del otro mundo. Pero me va a dar la posibilidad de viajar a Europa? Argentina? Australia?

Me siento tan solo. Inmóvil y atento como un faro de mar. Acostumbrado, uno se acostumbra a todo. Atento. Solo. Melancólico. Exitoso?.

De pronto una chica.  Lo llama a Luca y lo acaricia. Me mira (ella). Me sonríe. Me tapo la cara con la mano (basta Gustavo!!)  hasta que se me escapa la sonrisa en devolución. Lo llamo a Luca y me voy.
Ella se queda inmóvil. Me saluda con cierto despecho.
Le devuelvo el gesto con un saludo tímido, insípido. No cabe un alfiler en mi vida sentimental.

Mientras caminamos de regreso, Luca me mira. Luca me entiende mejor que nadie. Y por ahora es lo que hay.

Gustavo Bonino

miércoles, 25 de agosto de 2010

NY - CORRER / CORRER



Correr, correr, saltar una valla (Gina) correr, correr, saltar otra (Ama) hasta deternerme.
Con Gina hace tiempo que no nos vemos. Ella está bien, con "bases sólidas" en Buenos Aires y siempre hay un amage de vernos, que vendrá, pasearemos como buenos amigos, esas cosas que se dicen a la distancia para llenar en vacío momentáneo y vacío. Cosas que no se concretarán. Cosas que se saben de antemano.
Y Ama... el misterio hecho mujer. Donde estará?. Pero que importa esa pregunta ahora, si ni siquiera sé de donde vino. Solo era una vecina. Nunca supe mucho más que eso. Y no fue falta de interés. No. Ella toda era una barrera. Ni siquiera era hermética. Al menos eso la hubiera ubicado en algún punto. No. Era... era... cómo decirlo?. Inalcanzable.

Y qué decir de mí. No mucho. NY, siempre NY. Esta ciudad que ya hace casi dos años que me alberga. Ya tengo la "green card". "El día que me la den, hago una fiesta de tres días", solía decir. Pero no fue así, me levanté una mañana, fui a una audiencia con un abogado de mala muerte, me la dieron, como cuando me dieron la vacuna contra el sarampión, y me fui. La apreté fuerte dentro del bolsillo. Pero no me devolvió nada. Fue como apretar una piedra o un paquete de pastillas REFRESCO. 
Ahora soy americano. Argentino. Y en el fondo me siento un paria a donde vaya. Porque no hay peor cosa que no ser "parte de...",

Eso me lo dijo Ama una tarde mientras hacíamos fideos caseros en casa. Tiró un fideo contra un azulejo (vaya hermosa´palabra, "azulejo").
Ambos quedamos mirando como se despegaba, lentamente, serpiente acercándose despacio, sigilosa, al conejo que me sentía en ese momento. Se despegó del azulejo. Ambos lo vimos caer. Ama se largó a llorar.
- qué te pasa?
- Estoy embarazada...
Casi cometo la torpeza de decir "de quien". Pero hacerle esa pregunta a una mujer como Ama era lo mismo que decirle "te amo" o "estas gorda". De todas formas estaba tan perdido todo...

Gustavo Bonino





lunes, 16 de agosto de 2010

NY - ROSARIO




Correr, correr, correr, correr... me detengo, agacho la cabeza, apoyando las manos en las rodillas, estoy agitado. El aire frío me entra en los pulmones, una sensación rara, como cuando te lavas los dientes y después tomás coca cola. Algo chocante. Levanto la cabeza,  humo me sale por la boca, no la veo. Agacho la cabeza. Río para adentro. Como puedo, agitado, río. "donde estarás estimada enfermita, hermosa?".

Desde ese día, mientras jugábamos a corrernos en el Central Park y de pronto se esfumó - hace ya un par de meses-  nunca más supe de ella. Pero que decir, esa es Ama. Se fue del edificio, supongo que del barrio, tal vez de Nueva York, pero no de mi mente. Su forma, ella toda me hacía bien ("me hace bien, tanto como hace mal, me hace odiar, tanto como querer").
El arte de la desaparición, su escudo, su esencia. Ama, cien por ciento.
Hice toda clase de conjeturas, tantas que Al ya me prohibió que se la nombre una vez más. "Me hartaste con esa loca y lo peor es que disfrutas de tu propio dolor, te tragas el vómito con placer".
Donde estarás Ama?
Una de mis conjeturas con más fuerza es la del CENTQUATRE. Una feria multi artística con la cual soñaba ir. No tanto por la feria -nunca supe si lleno la solicitud de inscripción, esas preguntas eran directamente perderla- sino por Antón, un ex novio. Arquitecto, como ella, al que le tenía pánico y admiración. Él era todas las piezas que a Ama le faltaban. Ejercía la profesión. Ama, no. Vivía en París. Ama, no. Era completamente egoísta, como ella. Y dos polos positivos explotan y todo se va al carajo. Y así cayó Ama a Nueva York, luego de un breve paso por Buenos Aires.
En cambio conmigo hacíamos la combinación perfecta Ella polo positivo, activa, esquiva, provocadora, encantadora, decepcionante y yo... Y yo, un tipo que quedó varado, fascinado por los foquitos de colores y dos rascacielos y un par de puentes. Manhattan. Gina se fue -qué será de Gina?- y de golpe aparece y desaparece Ama.
Quisiera que volver a marcar su número de celular y que de golpe y porrazo me diga "corá tontito, estoy por tocarte el timbre". Pero eso no va a pasar. Ama no va a volver.
Aprieto fuerte el rosario que alguna vez, en esas salidas descolocadas hicimos por la Quinta Avenida,  -"Just Shopping" solía decir-, me regaló.
- Por qué un rosario? ni siquiera soy católico... Le dije azorado y feliz.
Ella me quitó el rosario de las manos, salíamos de las líneas  de caja y me dijo desplegándolo: "ves todas estas piedras?. Vos sos una de ellas"
-Solo una? Creí que mi porción en tu interior era un cachito más grande.
Ella se limitó a sonreir. Quise decir algo, indagarla. Pero sabía que era en vano. Era como cavar en el desierto.

Gustavo Bonino

domingo, 1 de agosto de 2010

Desperté completamente transpirado. Anoche fuimos con Ama a ver Mary Poppins

domingo, 18 de julio de 2010

LA PALABRA NOMBRADA, VULGARIZA.



. qué son todas esas pelusas flotando en el aire?
. No lo sé, quizá luciérnagas... respondí, tirado en  mi cama.
Ella escupió una carcajada, con ruido y todo. "A eso le llamo reír con ganas", dije mirando hacia arriba.
. Sí, luciérnagas... digo cambiando rotundamente de todo, volcándolo hacia la más fría "mala onda".
Me incorporé algo. "Ama, que dije de malo?"
. Luciérnagas, replició, dándome su espalda esculpida. Desde aquel lado de su mundo. De pronto la magia del momento se cortó.
Volvió a ser ella y su eterna ambiguedad. Nuestra segunda noche. La primera en mi casa.
- me preguntaste. Vi luciérnagas.
- Y ahí lo cagaste todo, bautizaste nuestra fantasía.
- No te entiendo, le respondí fastidiado, ya con ganas de levantarme o de que se vaya.
- Se acabó la fantasía., me dijo con un hilo de voz que se perdía en un profundo sueño. "Dormite".


Gustavo Bonino

CRIMEN


Y otro crímen quedará, sin resolver...

me quedo con esa frase. No puedo evitarlo. Es un crímen que se vaya Cerati. Un crímen sin resolver. Qu se vaya de su escencia. Ese es el crimen. Lo otro es vida o muerte. Descreo de ambas. Y sin embargo camino, dependo de esos dos rieles por donde se va mi vida, vaya a saber uno para que lado...
Porque no hay nada que resolver. Solo se tomó un avión  y se fue a Caracas, ciudad que amo.
En donde dejé un pedazo de mi vida. Dejé vida. Y el comenzó a morir, justo en Caracas, en la Clínica de la Trinidad, a metros de donde yo vivía... Ironías de la vida. ´
A donde vamos los que venimos sin el chip Polyana de la vida perfecta. Los que, a fuerza de fracasos o dolores, nos codeamos con la muerte. Alternativa de riel, posibilidad, seducción.
En llamas me acosté, en un lento degradé... él lo digo (homenaje a García, si se quiere).
Gustavo Bonino

sábado, 29 de mayo de 2010

NY XIV - WARMING WAR


- Balas? dije. El sargento Martinez agarró mi brazo tan fuerte que creí que lo iba a despedazar, como yo podría hacerlo con una baguette tibia y crujiente de las que compro en Dean and De Luca. Mientras lo hacía, sus ojos rojos hicieron una pequeña corrección.
- Municiones, dijo.
- Perdón, Martinez. No sabía, dije.
Al y yo nos quedamos inmóviles, en silencio, hasta que los cigarritos se consumieron sin la acción de nuestros pulmones y los cafés, helados.
Veinte minutos en una final del fútbol, es arena entre los dedos. Pero esa mañana creí que no pasarían más, su silencio me llevo a inicio de las primeras guerras entre los primeros sendentarios, que poblaron los valles entre el Eufrates y el Tigris. Peleaban por comida. Martinez fue a una guerra sin saber que causa justa defendía. "Justicia",  pensé. Es como Dios, Muerte, Magia. Palabras indefinibles.
De pronto Martínez, que tenía la vista fija en su recuerdo, susurró "municiones". De pronto, habló. Quebró al silencio. 
- La diferencia está en que una bala, en Vietnam, era para los superiores, que solo cargaban pistolas, para sentirse parte importante del circo, dijo y luego prosiguió levantando un poco más la voz o, tal vez, en el mismo tono, pero con más ira. Todavía siento a mi fusil M16 sobre mis espaldas. Llegué a considerarlo mi mejor amigo, mi cruz, mi pesadilla. Lo llevé durante 2 años. Hizo una pausa. Luego prosiguió. Sabés cuanto pesa un M16?
Me quedé en silencio. En ese crudo momento, en donde mi compañero de plaza, de café, era un veterano de Vietnam, el Sargento de Infantería Martinez que no había pasado una buena noche, haber respondido algo, hubiera sido una torpeza. Me sentí un inútil, un tribial escritor liviano de un blog patético, bancado por un excéntrico amante del arte. Inmigrante novato. Me sentí de más, creo que eso define el momento.
Martinez prosiguió.
- Cinco kilos. En tu espalda. Todos los días, durante dos años. Movió un poco su silla de ruedas y soltó una carcajada.
Entonces ahí fue que me desperté, con la carcajada de hace un par de meses del Sargento Martinez y el timbre que sonó, pero que en la ensoñación, escuché unos segundos después. O tal vez no, tal vez el timbre fue la voz de la carcajada y me despertó.
Me incorporé agitado. No supe en donde estaba. Tuve que recurrir a mis ojos, dar un paseo por la habitación para darme cuenta que estaba en NY. El segundo paso fue saber que día y que hora eran. El timbre sonó de nuevo, miré mi reloj (duermo con reloj) y eran las siete.
- Ama!! grité. La puta madre. Me quedé dormido.
Quedamos en que la segunda cena - la primera fue en su casa- lo haríamos en la mía. Bajé la escalera como si se tratara de un tobogán. Corrí, así como estaba, con una remera con la lengua de los Rolling Stones (comprada en la calle Lavalle hacía 15 años), unos boxer negros y una sola media puesta.
Abri la puerta. Era Ama, obviamente.
- Original, dijo y sonrió.
- Perdoname Ama, no tuve un buen día, me tiré un rato para estar pilas y me quedé dormido, le dije mientras ella me besaba la frente y pasaba con una botella de Merlot en la mano, tratando de ahorrar la explicación.
- Estás lindo así, dijo y sonrió. Me volvió a besar la frente. Tenés el seño fruncido. Dormiste bien?
Me senté en la silla, de pronto me la imaginé con ruedas, me entró a picar todo el cuerpo. Ella accionó el dimmer y buscó una luz tenue. Me miraba desde toda su altura. Tal alta, tan morocha. Me dió la sensación de que entendió.
- No. Soñé con la guerra.
- Tan ancestral.
- innecesaria, dije.
- Depende, replicó.
- Depende de qué!, le contesté de mal modo. Las secuelas se pagan con vidas.
- La vida no vale nada. Me dijo con la cara más neutra que jamáshaya visto. 
- No lo sabés, no la perdiste. 
- No, pero la guerra mata. Una auto mata. Una maceta mató a mi madre. 
- Hablo de miles de vidas, le respondí de mal modo.
 - Empieza la guerra, acá, ahora?, me respondió desafiante. Apoyó con desición la botella sobre la barra de la cocina. Me relajé.
- No, disculpame. Dije, dando un profundo respiro.
- Abrí el Merlot y mostrame tu cama, replicó. Fue hasta el I Pod y puso un tema de Ella Fitzgerald.

Gustavo Bonino

domingo, 25 de abril de 2010

NY XIII - LA LLAVE DE MANDALA SE QUEBRO?



La primera vez que invité a Ama, es decir, que me animé con el cuerpo temblando como un pez recién sacado del mar, me dijo "sí" sin preguntar, sin peros, ni horarios, ni excusas, ni lugares "especiales".

Estábamos en la escalera, la misma que unió a todos los vecinos en la cruzada de ir a rescatar la verguenza de Mr. Hoytz,

Ella salía corriendo a la oficina y yo volvía de comprar granola, un puro y comida para Luca.

- Sí, dale. Me dijo y siguió su camino cuesta abajo.
- Sí, qué?. Dije con un hilo de voz. Ella se detuvo, pero no se dio vuelta. Solo respondió categoricamente.
- Sí, yes, we, quiero cenar con vos y siguió escaleras abajo
- Dale -balbuceé- a donde vamos?, digo, ya sé a donde podríamos ir, pero no sé si te va a gustar. Pensaba en hoy por la noche, pero -disculpame- tal vez tengas algo o no quieras hoy. o.... Me interrumpió-
- Hoy a las siete pe eme. Tocame el timbre, cocinamos algo.
Gracias a Dios - porque miserablamente en estos casos creo en Dios - Se me dibujó una sonrisa enorme y colorada como una caja de puros cubanos de la tienda de Al. Quise decirle algo, responder, pero simplemente me quedé con "no words to say".

Ella no esperó respuesta, siguió escaleras abajo hasta que, cuando estuvo a punto de desaparecer, cerré los ojos para no verla desaparecer. Por qué? Me lo dijo una mujer en José de la Quintana, un pueblito cordobés a 20 kilómetros de Alta Gracia: "nunca mires a una persona hasta que desaparezca, tal vez no la veas más en tu vida".
Cuando Ama  estaba por girar y perderse, cerré fuertemente los ojos para que el conjuro no se cumpla.
Subí corriendo, me tropecé 2 veces. Abrí la puerta. La de casa, como todos los días. La de mi corazón, como hacía tanto tiempo no abría. Dos pisos más abajo, Amalia Sevilla, la arquitecta, tenía la llave.

Gustavo Bonino